Desentrañan los Secretos del Sueño Profundo
¿Alguna vez se ha preguntado por qué algunas personas pueden dormir en medio de tormentas y con el ruido del tráfico despiertan al más ligero ruido? Según los científicos, la respuesta podría estar en las diferencias en los ritmos cerebrales de las personas durante el sueño.
Aunque todavía falta mucho para encontrar tratamientos a partir de estos hallazgos, “conocer esta información nos permitirá entender mejor lo que se puede hacer para mejorar el sueño natural”, aseguró el Dr. Jeffrey Ellenbogen, autor principal del estudio, jefe de la división de la medicina del sueño del Hospital General de Massachusetts y profesor asistente de neurología de la Facultad de medicina de la Harvard.
En su informe de la edición del 10 de agosto de Current Biology, Ellenbogen y sus colegas estudiaron cómo se relaciona la sensibilidad al ruido durante el sueño con un tipo de actividad cerebral conocida como husos del sueño, brotes de ritmo cerebral acelerado que puntúan los patrones de ondas por lo demás lentas que caracterizan el sueño.
Estos ritmos de huso son generados por una estructura cerebral conocida como tálamo, responsable por transmitir información sensorial del mundo exterior a otras partes del cerebro. Se piensa que el tálamo podría generar estos husos de sueño como medio para evitar que lleguen al cerebro estímulos sensoriales, como ruidos fuertes.
Para determinar si estos husos podrían proteger al cerebro de los sonidos del ambiente, los investigadores midieron inicialmente la producción de husos en los cerebros de doce adultos voluntarios saludables durante una noche tranquila de sueño. Durante las dos noches siguientes, evaluaron la conducta de sueño de los voluntarios ante la presencia de ruidos como tráfico terrestre o aéreo, o el timbre de un teléfono.
Los investigadores hallaron que las personas que tenían los índices más altos de ritmos de huso constantemente tenían menos probabilidades de despertar como respuesta a estos ruidos.
“Anteriormente se habían relacionado los husos con la supresión de estímulos entrantes durante el sueño, por lo que los resultados son lógicos”, aseguró un experto, Torbjörn Åkerstedt, director del Instituto de Investigación sobre el Estrés de la Universidad de Estocolmo (Suecia).
No está del todo claro si los husos de sueño interfieren directamente con la transmisión de sonidos al cerebro, pero esa es nuestra hipótesis actual, señaló Ellenbogen. “Si un huso ocurre al mismo tiempo que un sonido, este sonido probablemente sea bloqueado de la percepción y evitará que la persona despierte. Cuantos más husos, más probable será que los ruidos choquen contra este ritmo de protección del sueño”, dijo. También podría ser posible que los husos simplemente señalen un proceso cerebral por ahora desconocido que controla la sensibilidad al sonido.
Los ritmos de huso de cada persona fueron similares durante las tres noches, una característica estable para un individuo con el correr del tiempo, aunque “poco se sabe acerca de lo que hace que una persona produzca más husos que otra”, aseguró Ellenbogen.
Entender la producción de husos de sueño algún día podría ayudar a los investigadores a diseñar métodos conductuales y farmacológicos para incrementar la resistencia al ruido durante el sueño, aunque dichas aplicaciones, anotó, todavía están lejos.
“Ciertos medicamentos hacen más notorios los husos de sueño, sobre todo los que se consideran medicamentos para dormir”, aseguró Ellenbogen. “No se sabe, sin embargo, si estos husos sintéticos se comportan de manera similar a los que ocurren naturalmente. Actualmente estamos investigando esta cuestión tan importante”.
Los estudios sobre husos del sueño también podrían tener implicaciones sobre otros aspectos del sueño, además de la sensibilidad al ruido, agregó Åkerstedt. “Los husos podrían ser un buen indicador fisiológico nuevo de la calidad del sueño”, dijo. “Esto podría ser importante porque no tenemos un consenso sobre lo que constituye un buen sueño fisiológico”.
FUENTES: Jeffrey M. Ellenbogen, M.D., chief, division of sleep medicine, Mass General Hospital and assistant professor of neurology, Harvard Medical School, Boston; Torbjorn Akerstedt, Ph.D., director, Stress Research Institute, Stockholm University, Sweden; Aug. 9, 2010, Current Biology, online
HealthDay
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