Debate sobre un Medicamento para la Próstata
Un estudio reciente para determinar si un medicamento recetado para combatir problemas de glándula prostática agrandada también puede reducir el riesgo de cáncer de próstata amenaza con prolongar un debate que se inició con un estudio anterior sobre un medicamento similar.
El debate renovado se presenta en la edición del 1 de abril de la New England Journal of Medicine, que incluye no sólo un informe que dice que la dutasterida (Avodart) podría reducir el riesgo de cáncer de próstata, sino un editorial que contradice las conclusiones optimistas del estudio punto por punto.
Los resultados del estudio de cuatro años sobre el efecto de Avodart en la próstata, financiados por Glaxo, que comercializa el medicamento, parecen reflejar los de un estudio de 2003 con 19,000 participantes sobre la finasterida (Propecia), que halló una incidencia 25 por ciento menor de cáncer de próstata entre los hombres que tomaron el medicamento que entre los que tomaron un placebo.
Sin embargo, ese estudio ha sido controvertido desde entonces, en parte porque los análisis iniciales, posteriormente desacreditados, hallaron un porcentaje más alto de cánceres agresivos entre los hombres que tomaban finasterida.
El nuevo estudio es distinto, señaló el Dr. Gerald L. Andriole Jr., jefe de cirugía urológica de la Universidad de Washington en San Luis y autor líder del informe más reciente. Aunque los dos medicamentos actúan de la misma manera, inhibiendo las enzimas que causan el agrandamiento de la próstata, Avodant inhibe dos enzimas de ese tipo, mientras que Propecia sólo una, explicó Andriole.
“Además, este ensayo evaluó a los hombres y mujeres en alto riesgo de cáncer de próstata”, dijo. “Los cánceres de este grupo de hombres probablemente sean más significativos”.
El riesgo se evaluó según los niveles de antígeno prostático específico (APE) en la sangre, que se relaciona con el cáncer de próstata, y por la historia familiar. El estudio halló una reducción de 31 por ciento en los cánceres de próstata entre los hombres que tenían antecedentes familiares de la afección.
Se utilizaron biopsias periódicas o muestras de tejido para detectar los cánceres. La mayoría de los cánceres que fueron detectados no estaban en la forma agresiva que causa desorganización sustancial de la glándula prostática. Los cánceres menos agresivos con frecuencia se pueden dejar sin tratamiento porque avanzan tan lentamente que no amenazan la vida.
Andriole aseguró que Avodart es beneficioso porque reduce la cantidad de esos tipos de cáncer detectados por biopsia. “Si podemos eliminar el diagnóstico de estos cánceres triviales, podemos ahorrarnos muchas preocupaciones”, dijo. “Estos cánceres tienden a ser tratados porque generan mucha ansiedad. Si logramos eliminar algunos de ellos, hay un beneficio enorme en cuanto a la salud pública”.
Debido a esto, según Andriole, consideraría recetar Avodart para prevenir el cáncer en un hombre en alto riesgo por niveles elevados de APE o antecedentes familiares, aunque el medicamento no está aprobado para ese propósito por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos.
Eso no está bien, aseguró el Dr. Patrick C. Walsh, profesor de urología de las Instituciones Médicas Johns Hopkins, que escribió un editorial acompañante.
Cuando se examinan los resultados, resultan muy similares a los del estudio de la finasterida”, aseguró Walsh. “La dutasterida reduce en 23 por ciento la incidencia de cánceres no mortales que los hombres ni siquiera sabían que tenían”.
Los cánceres detectados en el estudio se hallaron en biopsias que ordinariamente no se harían porque no había indicaciones de riesgo. Las biopsias realizadas en el estudio en hombres que se sabe que están en riesgo más alto por niveles de APE no hallaron diferencia en la incidencia de cáncer entre los que tomaron el medicamento y los que tomaron un placebo”, aseguró Walsh.
Además, existe riesgo potencial para los hombres que toman el medicamento, dijo, porque Avodart reduce los niveles de APE en la sangre, por lo que un aumento de alerta pasaría desapercibido. “Si sus niveles de APE aumentan, las probabilidades de sufrir una forma potencialmente mortal de cáncer es seis veces superior”, dijo.
Los hombres que buscan guía sobre el asunto no deberían esperar ayuda de asociaciones de especialistas. Las directrices publicadas el año pasado por la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (American Society of Clinical Oncology) y la Asociación Urológica Estadounidense (American Urological Association) evitan el asunto y sólo dicen que los pacientes deben hablar con sus médicos.
Incluso esas directrices han entrado al debate.
Andriole aseguró que el nuevo estudio podría hacer que las directrices más nuevas sean “un poco menos ambiguas en el texto”, mientras que Walsh anotó que las directrices establecían que el potencial de mayor incidencia de cánceres agresivos tenía que sopesarse con el beneficio posible del medicamento.
FUENTES: Gerald L. Andriole Jr., professor, surgery, and chief, division of urologic surgery, Washington University School of Medicine, St. Louis; Patrick C. Walsh, professor, urology, James Buchanan Brady Urological Institute, Johns Hopkins Medicine, Baltimore; April 1, 2010, New England Journal of Medicine
HealthDay
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