Contaminantes Atmosféricos
Los recién descubiertos radicales libres que se adhieren a las pequeñas partículas de contaminación atmosférica podrían causar daño pulmonar e incluso cáncer de pulmón, informan los investigadores.
De confirmarse en otras investigaciones, el hallazgo podría ayudar a explicar por qué los no fumadores desarrollan enfermedades relacionadas con el tabaco como el cáncer de pulmón, señaló el investigador principal H. Barry Dellinger, catedrático de química medioambiental Patrick F. Taylor de la Universidad Estatal de Luisiana.
Hace años que se sabe de la existencia de radicales libres en la atmósfera y estos átomos, moléculas y fragmentos de moléculas pueden causar daños en las células. Se creía que estas partículas, que pueden ser producidas por la combustión, vivían menos de un segundo y que luego desaparecían.
“Encontré que las partículas generadas por la combustión contienen radicales libres que sobreviven en el ambiente”, dijo Dellinger. “Cuando los radicales se asocian a partículas, pueden existir aparentemente de manera indefinida”.
Estos radicales libres son notablemente similares a los encontrados en el alquitrán del cigarrillo, dijo Dellinger. “La inferencia es que una persona puede contraer las mismas enfermedades relacionadas con el ambiente si se expone a las finas partículas del aire o al cigarrillo”, advirtió.
Sin embargo, Dellinger remarcó que se tendrían que fumar 300 cigarrillos al día para exponerse al mismo nivel de radicales libres ambientales encontrados en el aire moderadamente contaminado.
Los hallazgos fueron presentados el lunes en la reunión anual de la American Chemical Society en Filadelfia.
Los radicales libres persistentes (PFR en inglés) descubiertos por el equipo de Dellinger se adhieren a las pequeñas partículas de contaminación del aire a medida que abandonan las chimeneas de fábricas, los tubos de escape de los vehículos y las chimeneas de los hogares, y siguen existiendo como radicales libres. Las partículas de contaminación atmosférica que contienen metales, como el cobre y el hierro, son más propensas a permanecer en la atmósfera y pueden transportar estos radicales libres a grandes distancias, afirmó Dellinger.
A medida que se inhalan los PFR, son absorbidos por los pulmones y otros tejidos, causando daños en las células que pueden conducir a problemas como el asma, enfisema y cáncer de pulmón. Sin embargo, aún no existe evidencia directa que vincule a los PFR a cualquiera de estas enfermedades, dijo Dellinger.
El Dr. Neil Schachter, profesor de medicina pulmonar del Centro médico Mount Sinai en la ciudad de Nueva York, cree que aún es prematuro culpar a los radicales libres persistentes de los efectos adversos de la contaminación atmosférica.
“Estos radicales libres del aire son de interés, pero no estoy seguro si estamos en un punto en el que nuestro bisturí esté lo suficiente afilado como para diseccionar los componentes de la contaminación atmosférica que causan problemas a la gente”, apuntó.
Es posible que los radicales libres persistentes sean los responsables del daño respiratorio causado por la contaminación del aire, reconoció Schachter. “Hay estudios que demuestran que modificar los radicales libres puede alterar el curso de las enfermedades”, destacó. “Pero aún estamos lejos de definir las implicaciones de este hallazgo, en cuanto a lo que significa para los profesionales sanitarios, los médicos y las agencias reguladoras”.
HealthDay
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