Cambios en la Estructura Cerebral de Pacientes de Intestino Irritable

Cambios de Estructura Cerebral

Las mujeres que tienen síndrome de intestino irritable muestran aumentos y reducciones en la densidad de la materia gris en áreas del cerebro que tienen que ver con la atención, la regulación de la emoción, la inhibición del dolor y el procesamiento de la información intestinal, sugiere una investigación reciente.

Se han notado cambios similares en la estructura cerebral de pacientes de trastornos del dolor, como el dolor de espalda baja, las migrañas y el dolor de cadera.

El síndrome de intestino irritable o SII, que puede causar dolor e incomodidad en el abdomen, además de estreñimiento, diarrea o ambos, afecta a alrededor del quince por ciento de la población de EE. UU., sobre todo a las mujeres. Entre los profesionales médicos, el SII se considera ahora como un síndrome “funcional” (el tracto digestivo no funciona de forma adecuada) en lugar de “orgánico” (que conllevaría cambios estructurales en los órganos).

“Descubrir cambios estructurales en el cerebro, ya sean primarios o secundarios a los síntomas gastrointestinales, demuestra un componente ‘orgánico’ del SII, y respalda el concepto de un trastorno de cerebro e intestino”, aseguró en un comunicado de prensa de la Universidad de California en Los Ángeles el autor del estudio, el Dr. Emeran Mayer, profesor de medicina, fisiología y psiquiatría de la Facultad de medicina David Geffen de la universidad.

“Además, el hallazgo elimina para siempre la idea de que los síntomas del SII no son reales, sino ‘sólo psicológicos’. Los hallazgos nos darán más conocimiento para comprender el SII mejor”, añadió Mayer.

En el estudio, investigadores estadounidenses y canadienses usaron imágenes médicas para analizar las diferencias anatómicas en los cerebros de 55 mujeres pacientes de SII y 48 mujeres que no lo eran. Las pacientes de SII mostraron aumentos y reducciones de la materia gris en regiones corticales específicas del cerebro, que tienen que ver con funciones cognitivas y de evaluación, encontraron los investigadores.

“Notamos que los cambios estructurales del cerebro variaban entre las pacientes que describían sus síntomas como sobre todo dolor, en lugar de incomodidad no dolorosa. En contraste, el tiempo que una paciente había sufrido de SII no se relacionaba con estos cambios estructurales del cerebro”, señaló Mayer.

El estudio aparece en la edición de julio de la revista Gastroenterology.

Los próximos pasos en esta investigación incluirán tratar de determinar si ciertos genes se relacionan con los cambios estructurales en el cerebro de los pacientes de SII.

FUENTE: University of California, Los Angeles, news release, July 22, 2010

HealthDay

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