Avandia y Fosamax siguen Vendiéndose mucho y siguen Causando Preocupación

Avandia y Fosamax siguen Vendiéndose mucho y siguen Causando Preocupación

(HealthDay News/Dr. Tango) — Avandia y Fosamax, medicamentos recetados ampliamente para tratar dos afecciones comunes, muestran mayor evidencia de estar relacionados con eventos adversos.

Un estudio halla que el uso prolongado de tiazolidinedionas, una familia de medicamentos para la diabetes entre los que se encuentra Avandia, un medicamento de gran éxito en ventas, parece estar relacionado con mayor riesgo de fracturas.

Además, otro estudio halló que Fosamax, utilizado para prevenir fracturas en las mujeres que tienen osteoporosis, podría estar relacionado con un mayor riesgo de fibrilación auricular, un tipo de arritmia.

Ambos estudios aparecen en la edición del 28 de abril de Archives of Internal Medicine.

Avandia (rosiglitazona) y Actos (pioglitazona), ambas tiazolidinedionas, ahora constituyen el 21 por ciento de todos los medicamentos antidiabéticos orales que se recetan en los EE.UU. Según los expertos, unos 3.5 millones de pacientes, incluso más, toman Avandia.

Pero en 2007, Avandia y otros cuatro medicamentos de la misma clase recibieron una advertencia de “recuadro negro” para advertir a los usuarios sobre mayores problemas cardiacos.

El estudio actual, dirigido por el Dr. Christian Meier del Hospital universitario de Basilea, Suiza, examinó las relaciones entre las tiazolidinedionas y las fracturas. Fue diseñado para determinar si sólo las mujeres resultaban afectadas y dónde era más probable que tuvieran lugar las fracturas. En la investigación participaron 1,020 hombres y mueres entre 30 y 89 que habían sufrido una factura mientras usaban Avandia, Actos, insulina u otro medicamento antidiabético.

En comparación con los controles, las personas que tomaban Avandia o Actos tenían más del doble de riesgo de facturas. El riesgo con Actos era ligeramente superior que con Avandia. Las fracturas relacionadas con los medicamentos fueron particularmente comunes en la muñeca y la cadera. Tanto los hombres como las mujeres estaban en riesgo y las probabilidades de fractura tendían a aumentar según la dosis del medicamento tomada.

Las probabilidades de sufrir una fractura aumentaron entre los pacientes que tomaron Avandia o Actos durante 12 a 18 meses y eran mayores entre los que tomaron el medicamento durante dos años o más.

Otros medicamentos antidiabéticos no mostraron los mismos efectos, aunque las tiazolidinedionas tienen distintos mecanismos de acción (actúan a nivel celular) que otros medicamentos para la diabetes tipo 2.

Los hallazgos hacen eco de investigaciones anteriores que hallaron mayor riesgo de fracturas en las mujeres.

Por ahora, la decisión de usar estos medicamentos para la diabetes en particular se debe tomar caso por caso, advirtieron los expertos. Las mujeres postmenopáusicas, y por consiguiente en riesgo de fracturas, quizá deseen ser más cuidadosas o tomar otras medidas para proteger la salud de sus huesos”, dijeron.

“Me parece que, en este momento, el beneficio es superior al riesgo. El beneficio es enorme en cuanto al control de la glucemia”, aseguró el Dr. Spyros Mezitis, endocrinólogo del Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York.

“Está por verse si la manera como practicamos la medicina va a cambiar. Estos análisis son importantes, pero hace falta más evidencia”, agregó Mezitis.

Nancy Pekarek, vocera de GlaxoSmithKline, fabricante de Avandia, anotó que “en nuestra etiqueta se mencionan las fracturas, de hecho, cuando vimos información sobre el ADOPT (un estudio prolongado anterior), escribimos una carta abierta a los médicos”.

“Las fracturas se han observado y hemos llamado la atención de los médico para que se mantengan atentos a sus pacientes y decidan qué medicamento es apropiado”, aseguró Pekarek. A diferencia de las de este ensayo, las fracturas observadas en el ADOPT fueron más probables en el antebrazo, la mano o el pie, en lugar de la cadera o la columna.

El estudio sobre Fosamax, dirigido por la Dra. Susan Heckbert de la Universidad de Washington y de Group Health de Seattle, examinó a 719 mujeres que confirmaron fibrilación auricular en “el mundo real”, en comparación con 966 controles que no la sufrieron.

El estudio halló que el 6.5 por ciento de las mujeres que habían usado Fosamax presentaba fibrilación auricular, en comparación con el 4.1 por ciento de los controles. A partir de estos hallazgos, los investigadores calcularon que el 3 por ciento de los casos nuevos de fibrilación auricular de este grupo de mujeres podría ser atribuible al uso de Fosamax.

De nuevo, advirtieron los autores, los riesgos y beneficios se deben sopesar cuidadosamente al recetar el medicamento.

Otros estudios también han informado acerca de fibrilación auricular como efecto secundario de los bisfosfonatos, el tipo de medicamentos entre los que se encuentra Fosamax.

Ronald Rogers, vocero de Merck & Co. Inc., fabricante de, comentó que la relación entre el medicamento y la fibrilación no era “nada nuevo”. También señaló un artículo publicado hace unos meses en la British Medical Journal que no halló dicha asociación.

Rogers también señaló que el estudio actual es de observación y por consiguiente está sujeto a limitaciones no observadas en el ensayo aleatorio anterior. Ese ensayo vio un aumento en la incidencia de fibrilación auricular “grave” entre los pacientes de Fosamax, dijo, pero no alcanzó una diferencia estadísticamente significativa.

HealthDay

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