Avances contra los Cánceres de Mama y Ovario
“Que bueno es estar aquí. Que bueno es estar en cualquier lugar”, afirmó ante los periodistas la cantante y actriz Olivia Newton-John, quien se describe a sí misma como una superviviente “floreciente” del cáncer de mama, en una de las mayores reuniones de especialistas en cáncer del mundo el domingo.
Newton-John, de 60, declaró en una reunión informativa especial sobre los avances y conocimientos en los cánceres de mama y ginecológicos, parte de la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO) en Orlando, Florida.
“Estoy muy emocionada con lo que sucede en el mundo del tratamiento el cáncer”, afirmó. “Me siento tan afortunada de poder propagar el mensaje a otras mujeres y decirles que aquí estoy, 17 años más tarde”.
Pero igual que sucede en toda reunión de este tipo, los investigadores tenían noticias tanto buenas como malas que impartir sobre la guerra contra el cáncer.
En cuanto a las noticias negativas, un estudio presentado en la reunión encontró que el uso del biomarcador CA125 para rastrear el cáncer de ovario no ayuda a guiar las decisiones de tratamiento para las mujeres.
El cáncer de ovario sigue siendo una de las malignidades más letales, sobre todo porque en general se detecta demasiado tarde para que el tratamiento sea eficaz. Sin embargo, recientemente algunos médicos han recurrido a los niveles de una molécula llamada CA125 en la sangre para evaluar la presencia de la enfermedad, con pruebas repetidas después del tratamiento para medir las probabilidades de recurrencia.
Pero el nuevo estudio encontró que incluso cuando el CA125 indicaba la posibilidad de recaída y propagación del cáncer, iniciar el nuevo tratamiento temprano no mejoraba la supervivencia de la mujer en comparación con esperar más tiempo por el tratamiento de segunda línea.
Para este estudio, 265 mujeres cuyos cánceres de ovario estaban en remisión tras una ronda de quimioterapia comenzaron una segunda ronda de quimioterapia en cuanto sus niveles de CA125 comenzaron a aumentar. Otras 264 mujeres esperaron hasta que aparecieron señales reales de la enfermedad antes de comenzar la terapia de segunda línea.
Esto significó que “las pacientes del grupo de tratamiento precoz comenzaron su quimioterapia de segunda línea (basadas en sus niveles crecientes de CA125) 4.8 meses antes que las que esperaron por las señales y síntomas”, informó a los reporteros el Dr. Gordon Rustin el autor del estudio y profesor de oncología del Centro oncológico Mount Vernon de Hertfordshire, Reino Unido.
Pero la supervivencia general promedio fue igual, independientemente de que el tratamiento hubiera sido guiado por los niveles de CA125 o no: 41 meses tras la finalización del primero curso de terapia.
“Algo aún más interesante es que el tiempo transcurrido para la terapia de tercera línea fue 4.6 meses menor en el grupo más precoz”, añadió. “Esto indicó que la iniciación precoz de la quimioterapia no indujo una remisión más duradera, y que a pesar de todo ese tratamiento temprano, no se mejoró la supervivencia”.
En cuanto al lado positivo, los hallazgos sugieren que los niveles crecientes de CA125 podrían no ser un marcador tan terrible como se pensaba antes, según los investigadores. “Por primera vez, se puede asegurar a las mujeres de que no hay beneficio en la detección temprana mediante pruebas rutinarias de la CA125, e incluso se les puede decir que aunque la CA125 aumente, la quimioterapia se puede retrasar hasta que presenten señales o síntomas de recurrencia”, apuntó Rustin. “Por primera vez, las mujeres tienen opciones informadas para poder decidirse [sobre las pruebas]. Cuando reciben esta información, la mayoría de mis pacientes no quieren medidas rutinarias de CA125”.
El estudio representa otro golpe para la idea de que la CA125 pudiera ser esa prueba confiable para el cáncer de ovario que todo el mundo busca. Por ejemplo, una investigación que aparece en la edición de abril de la revista Obstetrics & Gynecology encontró que combinar una prueba de CA125 con ultrasonido transvaginal no ayudó a detectar el cáncer de ovario.
Los nuevos resultados probablemente refuercen ese escepticismo. “Hemos matado [a la evaluación mediante CA125] tantas veces, que parece un zombi”, señaló la Dra. Kelly Marcom, oncóloga del seno del Centro oncológico integral de la Duke y directora de la Clínica de cáncer hereditario de la Duke en Durham, Carolina del Norte. Pero “dudo que todos los oncólogos tratantes dejen de utilizarla para seguir el tratamiento”.
Otra oncóloga estuvo de acuerdo. “Este estudio sugiere que la detección precoz del cáncer metastásico no mejoró la supervivencia”, apuntó la Dra. Claudine Isaacs, oncóloga médica del Centro oncológico integral Lombardi de Georgetown en Washington, D.C. Desafortunadamente, la utilidad de la CA125 en la evaluación inicial del cáncer de cuello uterino sigue siendo “cuestionable”.
Pero en la reunión hubo buenas noticias para las mujeres que se enfrentan a cánceres de mama difíciles de tratar.
Dos estudios recientes encontraron resultados promisorios con una clase de fármacos completamente nueva, llamada inhibidores PARP, la primera terapia dirigida para el llamado cáncer de mama “triple negativo”. Actualmente, el quince por ciento de las pacientes de cáncer de mama que tienen este tipo de tumor agresivo sólo tienen la opción de cirugía y quimioterapia.
Los cánceres de mama asociados con las mutaciones genéticas BRCA1 y BRCA2 (que aumentan el riesgo) son casi siempre triple negativos, explicó la Dra. Joyce O’Shaughnessy, autora principal de uno de los estudios y codirectora del Programa de investigación del cáncer de mama del Centro oncológico Baylor-Charles A. Sammons, en Dallas.
Alrededor del treinta por ciento de las pacientes de cáncer triple negativo experimentan una recurrencia, y una vez eso sucede, apenas sobreviven un año o algo así.
En este ensayo en fase II, la mitad de las 120 mujeres que tenían esta forma de cáncer de mama metastásico fueron asignadas al azar para recibir sólo quimioterapia, la otra mitad a quimioterapia más el inhibidor PARP BSI-201.
Las que recibieron la terapia combinada observaron una supervivencia casi doble, de 5.7 meses con quimioterapia sola a 9.2 meses cuando se añadió BSI-201, además de una reducción de alrededor de 60 por ciento en el riesgo de morir por la enfermedad. Tampoco hubo efectos secundarios adicionales comparado con la quimioterapia estándar.
En el ensayo del inhibidor PARP en fase II participaron 54 pacientes de cáncer de mama avanzado que portaban las mutaciones BRCA1/2. En este ensayo, los inhibidores (sobre todo en la dosis más alta de dos) lograron dirigirse a la debilidad en el ADN del mecanismo de reparación de los genes sin afectar a las células sanas. El 41 por ciento de las pacientes observaron una desaparición completa de sus tumores, apuntó un equipo británico del Kings College de Londres. Hubo un índice de respuesta ligeramente menor en el grupo de dosis más baja. Los efectos secundarios más comunes fueron náuseas leves y fatiga.
“Los medicamentos se administraron vía oral y todavía queda la pregunta de si los beneficios de los fármacos se extenderán más allá de esta pequeña población de pacientes”, anotó el Dr. Erick Weiner, director del comité de comunicación de la ASCO y jefe de cánceres femeninos del Instituto oncológico Dana Farber en Boston.
“Estos dos estudios son muy emocionantes”, aseguró Marcom. “Realmente hablan de una comprensión muy inteligente de la biología del cáncer”.
Otros dos estudios presentados en la ASCO podrían representar avances en el tratamiento del cáncer de cuello uterino. En un estudio, liderado por el Dr. Alfonso Dueñas-González del Instituto Nacional de Cancerología de México, investigadores encontraron que añadir el medicamento de quimioterapia gemcitabina (Gemzar) a la terapia estándar de quimioterapia y radioterapia mejoró la supervivencia tanto libre de progresión como la general, aunque no sin efectos secundarios notables.
En cuanto a las mujeres diagnosticadas con cáncer de cuello uterino en etapa temprana, el indicador pronóstico llamado biopsia de los nódulos centinela, que es más específico y menos invasivo, parece ser igual de eficaz que la extirpación de nódulos linfáticos de la pelvis, según investigadores franceses del Hospital europeo George Pompidou en París. Según los investigadores, optar por una biopsia en lugar de la extirpación de los nódulos linfáticos debería hacer que dar seguimiento a la enfermedad sea mucho menos oneroso para los pacientes.
FUENTES: P. Kelly Marcom, M.D., breast oncologist, Duke Comprehensive Cancer Center, and director, Duke Hereditary Cancer Clinic, Durham, N.C.; Claudine Isaacs, M.D., medical oncologist, Georgetown’s Lombardi Comprehensive Cancer Center, Washington, D.C.; May 31, 2009, news conference with Eric Weiner, M.D., chief, division of women’s cancers, Dana Farber Cancer Institute, Boston; Gordon Rustin, M.D., professor, oncology, Mount Vernon Cancer Center, Hertfordshire, U.K., and Joyce O’Shaughnessy, M.D., co-director, Breast Cancer Research Dallas Program at Baylor-Charles A. Sammons Cancer Center; American Society of Clinical Oncology annual meeting, Orlando, Fla.
HealthDay
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