Antidepresivos podrían afectar el Efecto del Tamoxifén
Los antidepresivos comunes que muchas supervivientes de cáncer de mama utilizan para aliviar los sofocos causados por tomar tamoxifén podrían en realidad aumentar las probabilidades de recurrencia de la enfermedad, advierten investigaciones recientes.
El hallazgo fue presentado esta semana en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO) en Orlando, Florida.
Pero para confundir aún más el tema, un segundo estudio encontró que los antidepresivos no afectan la capacidad de lucha contra el cáncer del tamoxifén.
Sin embargo, los autores de ambos informes recomiendan que las mujeres que han tenido cáncer de mama exploren otros medios para tratar los sofocos.
Los expertos externos estuvieron de acuerdo.
“Las mujeres deben hablar con su oncólogo sobre los antidepresivos y terapia hormonal que toman, y asegurarse de que no sean aquellos que nos preocupan”, enfatizó la Dra. Kelly Marcom, oncóloga del seno del Centro oncológico integral de la Duke y directora de la Clínica de cáncer hereditario de la Duke en Durham, Carolina del Norte.
Muchas supervivientes de cáncer de mama toman tamoxifén para reducir su riesgo de recurrencia. Pero el tamoxifén con frecuencia causa sofocos, un efecto secundario que puede controlarse mediante antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) como paroxetina (Paxil) o fluoxetina (Prozac). Además de su efecto sobre el neurotransmisor serotonina, estos fármacos inhiben una enzima llamada 2D6, necesaria para convertir el tamoxifén en su metabolito activo principal, endoxifén.
Las mujeres que portan una mutación genética que previene la formación de 2D6 no obtienen los mismos beneficios del tamoxifén que las mujeres que no la portan, señalaron los investigadores. Además, los medicamentos que inhiben la formación de la 2D6 podrían resultar en menores niveles de endoxifeno, aunque las implicaciones clínicas no están claras.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los EE. UU. siguen sopesando si añadir o no una advertencia sobre la variación genética a la etiqueta del tamoxifén.
En uno de los estudios Medco, una compañía de gestión de beneficios farmacéuticos de EE. UU. revisó los expedientes médicos de 10.7 millones de miembros de un plan de salud. El análisis descubrió a 945 mujeres que tomaban tamoxifén y a 353 que tomaban tamoxifén más un inhibidor de ISRS/2D6, sobre todo Prozac y Paxil.
Ambos grupos de mujeres, cuya edad promedio era principios de los 50, habían seguido cursos similares de tratamiento.
Las mujeres que tomaban ambos fármacos tenían 13.9 por ciento de probabilidades de que su cáncer de mama recurriera en el transcurso de dos años, frente a apenas 7.5 por ciento entre las que sólo recibían tamoxifén; eso se traduce a casi una duplicación del riesgo.
El otro estudio, llevado a cabo por investigadores del Centro médico de la Universidad de Leiden en los Países Bajos, recolectó información sobre casi 2,000 pacientes de cáncer de mama que usaban tamoxifén, 215 de las cuales habían usado un inhibidor de la ISRS/2D6 en algún momento durante su tratamiento con el tamoxifén.
Ese estudio no encontró un aumento en el riesgo de recurrencia del cáncer de mama entre las mujeres que tomaban ambos medicamentos. Sin embargo, señalaron los autores, el número de mujeres que tomaba ambos fármacos era pequeño, un motivo suficientemente bueno para que mujeres y hombres busquen otras opciones para combatir los sofocos.
Los hallazgos de Medco deben servir como advertencia, pero no como confirmación de ningún peligro real para los pacientes, apuntó una experta.
“Se trata de un estudio muy difícil de interpretar porque realmente no está completo con suficiente información”, dijo la Dra. Claudine Isaacs, directora del programa clínico de cáncer de mama del Centro oncológico integral Lombardi de Georgetown en Washington, D.C. “Plantea una inquietud al respecto, y hay bases científicas para la inquietud. No podemos decir nada de manera concluyente, pero hay opciones, otros tipos de antidepresivos, y otros tipos de medicamentos, que no conllevan ese impacto. Lo prudente es elegir otros medicamentos mientras este tema se aclara”.
Marcom se mostró de acuerdo. También señaló que los medicamentos que inhiben el cáncer, llamados inhibidores de la aromatasa, entre los que se encuentran letrozole (Femara) y exemestano (Aromasin), “son una posible alternativa al tamoxifén. También tiene que ver el genotipo, la manera en que distintos individuos metabolizan los distintos medicamentos. No es algo estándar en la atención, pero podría revisarse”.
FUENTES: Claudine Isaacs, director, clinical breast cancer program, Georgetown’s Lombardi Comprehensive Cancer Center, Washington, D.C.; P. Kelly Marcom, M.D., breast oncologist, Duke Comprehensive Cancer Center, and director, Duke Hereditary Cancer Clinic, Durham, N.C.; May 30, 2009, presentations, American Society of Clinical Oncology annual meeting, Orlando, Fla.HealthDay
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