Acrilamida y el Riesgo de Cáncer Gastrointestinal

Acrilamida y Cáncer Gastrointestinal

Un estudio holandés de gran tamaño no halla relación entre la acrilamida y el riesgo de desarrollar cáncer gastrointestinal.

La acrilamida es una sustancia que se halla comúnmente en las papas fritas, los pasteles, los refrigerios y hasta el café. Se forma de manera natural cuando ciertos alimentos ricos en carbohidratos se cocinan a altas temperaturas.

“No se observó relación entre la ingesta de acrilamida en la dieta y el riesgo de cáncer en el tracto gastrointestinal, lo que coincide con los pocos estudios epidemiológicos que hay sobre el tema”, señaló Janneke Hogervorst, autora líder de un estudio que aparece en la edición de noviembre de la Journal of Nutrition.

Sin embargo, informes anteriores han ofrecido evidencia contradictoria, agregó Hogervorst, candidata a doctorado en la Universidad de Maastricht en los Países Bajos, que urgió a “otros grupos de investigación a ahondar también en estas relaciones”.

A pesar de lo complicado de esto, sin embargo, el mensaje de salud pública es sorprendentemente sencillo.

“La gente debe limitar el consumo de alimentos que sean fuentes importantes de acrilamida por razones generales de salud”, dijo el Dr. Michael Thun, vicepresidente de epidemiología e investigación de vigilancia de la American Cancer Society. “Tienden a ser bajos en nutrientes, y ricos en grasa y calorías”.

La Agencia Internacional de Investigación Oncológica clasificó la acrilamida como carcinógeno humano “probable” en 1994 a partir básicamente de estudios con animales en los que fueron expuestos a niveles de la sustancia hasta 100,000 veces mayores que los que se consumen normalmente en los alimentos.

Los estudios con seres humanos han mostrado una posible relación entre la acrilamida y los cánceres de útero, ovarios y riñones, aunque no se encontró relación para los de mama, vejiga y próstata, señaló Hogervorst.

Aunque los datos sobre sus efectos en la salud humana siguen sin estar claros, las autoridades europeas de seguridad alimentaria han empezado a reducir la acrilamida en los alimentos.

Los autores de esta artículo observaron de manera prospectiva a más de 120,000 hombres y mujeres entre los 55 y los 69 que participaron en el Estudio de cohortes de los Países Bajos sobre la dieta y el cáncer.

En este estudio, la torta de especias holandesa y el café fueron las fuentes principales de acrilamida.

“Los granos de café contienen naturalmente los ingredientes necesarios para la formación de acrilamida, que son carbohidratos y los aminoácidos llamados asparraginas”, explicó Hogervorst. “Cuando se tuestan los granos de café se alcanzan temperaturas [superiores a los 120°C (248°F)] necesarias para la reacción química que forma la acrilamida. Luego, cuando se prepara café filtrado a partir de estos granos, la acrilamida se disuelve en el agua y pasa a través del filtro a la bebida”.

Pero el café, señaló Thun, ya ha sido estudiado extensivamente y no hay aumentos ni reducciones claros en el riesgo de cáncer.

No hubo relación negativa o positiva entre la acrilamida y el cáncer colorrectal, gástrico, pancreático o de esófago.

Hubo, sin embargo, riesgos significativamente mayores en ciertos subgrupos cuando se clasificaron según la obesidad, la actividad física y la edad, factores que merecen mayor escrutinio, recalcaron los autores.

Teniendo en cuenta que ha habido relaciones entre la ingesta de acrilamida y el cáncer de ovario o de endometrio, así como cáncer de mama de receptor de estrógeno positivo, existe la sospecha de que la acrilamida podría causar cáncer por medio de una vía hormonal, agregó Hogervorst.

HealthDay

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