Meandro del Say
Localidad de Fontibón
Fontibón deriva su nombre de dos vocablos chibchas: Huntiva, “poderoso guerrero” y Ontivón, “Pueblo Chibcha”. Esta zona fue codiciada por Gonzálo Jiménez de Quesada, ya que la solicitó ante el Rey.
Hacia 1594 habitaban en Fontibón ciento treinta y cinco sacerdotes muiscas que ejecutaban sus rituales religiosos entorno a lagos, humedales y al río Bogotá. Pero en 1599, el arzobispo Loboguerrero ordenó desterrar a ochenta de los sacerdotes y encarceló al resto. Para erradicar las costumbres indígenas se inició una campaña de catequización y se prohibieron, bajo la pena de excomunión, las consultas a chamanes y brujos. Años después la aculturación de los indígenas pasó a manos de los jesuitas.
El oidor don Francisco de Anucibay construyó puente para unir a Fontibón con Santafé. Más tarde, durante la Colonia y parte de la República, se construyó una vía de tierra con el fin de unir a Fontibón con la ciudad (actual calle 13) ya que en la zona se encontraban lagunas y grandes áreas inundables, por su proximidad con el río Bogotá, lo que dificultaba el traslado entre los municipios.
En las primeras décadas del siglo XX Fontibón era un municipio poblado por campesinos dedicados a la agricultura.
En la década del treinta, con la apertura de la Calle Trece o Avenida Jiménez, se dio un gran impulso al desarrollo de Fontibón, lo que atrajo las industrias al sector.
Reseña Histórica
A principios del siglo XX, las grandes haciendas que desde los tiempos de la Colonia rodeaban el meandro, comenzaron a ser parceladas dando paso a fincas de pequeños propietarios productores de maíz, papa, cereales y hortalizas, que pertenecían al municipio de Fontibón. Los pobladores de las inmediaciones de aquella curva del río Bogotá eran campesinos que mantenían escasas relaciones con la ciudad, debido a la falta de vías y a las lagunas que aislaban a Fontibón. Situación que durante los años 30 mejoró notablemente con la construcción de la calle 13.
La hacienda el Say pertenecía al señor José Alberto Ortiz quien dedicaba el terreno al cultivo de hortalizas y papa. Tras la muerte del propietario se efectuó un proceso de sucesión y se subdividió la finca entre los hijos y la esposa del difunto, quienes a la fecha son los propietarios. La hacienda se dividió en dos; el Say y la Estancia.
Del meandro del Say s encontraron fotografías aéreas tomadas a partir del 1978, período en el cual existían, tanto en la parte interna y las rondas, tierras de uso agrícola. La única intervención apreciable sobre el cauce del meandro era una vía de penetración hacia el área interna, que cruzaba mediante un puente el cuerpo de agua, destinada muy seguramente para el transporte de productos agrícolas hacia la Avenida Centenario.
En 1986 se presentaron cambios notorios en el cauce del río Bogotá, específicamente en la meandro del Say, pues se ejecutaron obras que desviaron el curso original del río, y su cauce a partir de ese año tomó un “atajo” artificial que elude el meandro”. En consecuencia, se disminuyó el caudal de agua en el meandro, mientras se incrementó la sedimentación, al tiempo que se acentuaba la población de vegetación lacustre. Es decir, el meandro, pasó de ser una curva como cualquier otra del río, a transformarse por efecto de la mano del hombre, en el humedal que conocemos.
Para esa fecha, en la parte interna del meandro la actividad agrícola se mantenía, pero era notorio la aparición de cercas vivas de eucalipto parcelando las zonas de cultivos.
En el área externa, la zona comprendida entre el meandro del Say y la Avenida Centenario, fue acondicionada para su posterior urbanización por medio de rellenos. Por su parte, la vía que penetraba el meandro no sufrió cambio alguno.
Para 1992 las condiciones del antiguo cauce del río Bogotá cambiaron nuevamente. El jarillón levantado para la desviación del río redujo aún más el aporte directo de agua del río hacia el meandro, incrementando su desecación. L espejo de agua disminuyó casi un 60% con respecto al de 1986. Así mismo, aumentó la presencia de vegetación lacustre, que se expandió a lo largo y ancho del cauce abandonado.
Localización
Pertenece a la Localidad de Fontibón y limita al nororiente con la Avenida Centenario, al occidente, con los predios de la finca La Estancia y el cauce del río Bogotá, y al suroriente, nuevamente con el río Bogotá, y la Zona Franca. La franja comprendida por cauce abandonado en toda su extensión sirve como límite entre Bogotá y Mosquera.
El meandro del Say, formado por antiguo cauce del río Bogotá, es conocido también como la Madre Vieja del río Bogotá.
La parte interna del meandro del Say conformada por el rebose del cauce del río Bogotá en épocas de invierno, se localiza topográficamente por debajo del nivel del cauce actual, y de áreas aledañas como la zona de ronda.
1978
En el 1978 la cabeza del humedal
(nótese la similitud del cuerpo de agua con la figura de un dinosaurio), se hallaba libre de invasiones.
En la ronda aledaña a la Avenida Centenario, donde se habían practicado los rellenos, surgieron una serie de industrias que empezaron a vertir sus aguas residuales al ecosistema.
En los años siguientes el número de industrias y bodegas ubicadas en cercanías a la Avenida se incrementó, y, como se aprecia en la foto de 1998, las invasiones superaron la margen externa del meandro, tomándose la zona interna y alterando en forma grave el ecosistema. De igual forma es notoria la apertura de una serie de vías, como parte del proceso urbanizador, y para el desarrollo de la Zona Franca. Para la misma fecha, el meandro del Say, aún contaba con espejo de agua aunque en un porcentaje menor al de 1994, pero la vegetación lacustre (juncos, gramíneas, ciperáceas) cubría alrededor del 70% del cauce abandonado.
Se puede decir que de continuar los procesos de relleno e invasión del meandro, se llegará a la pérdida total de la vegetación y del hábitat propio del humedal, especialmente porque la carga de desechos industriales que recibe, lo deterioran y degradan en forma alarmante.
El actual meandro del Say se formó, como se mencionó antes, por la modificación artificial del cauce del río Bogotá, lo que ocasionó la disminución del aporte hídrico por parte del río. Esto creó un ecosistema distinto al natural, pues el agua que contiene el meandro cambió su condición de movimiento constante a ocasional, lo que favoreció el incremento de la sedimentación y de la vegetación lacustre. Actualmente existen unas compuertas que el acueducto maneja de acuerdo a los cambios del nivel del agua.
Bajo condiciones normales, los cauces abandonados pueden alcanzar una pérdida anual del 5% del área total por sedimentación, pero este valor se ha incrementado en el Say por la invasión de las industrias, que además descargan en él desechos altamente contaminantes. Factores que han elevado la rata de sedimentación, hasta casi un 15% del área existente.
En las fotos se aprecia la fragmentación paulatina del humedal: la cabeza es invadida por industrias, y el cuerpo es segmentado por hileras de eucaliptos que colaboran en la desecación del terreno.
Hola Buenos Dias
Estoy Solicitando Informacion Para Realizar Un Recorrido Al Humedal Meandro Del Say Con Mi Grupo De Trabajo, Somos Estudiantes De Gestion Ambiental Y Estamos Interesados En Conocer Este Ecosistema ubicaado En Nuestra Ciudad.
Quedo Atenta A Cualquier Colaboracion.
Cordialmente,
Geraldine Julieth Corredor Hernandez
Gestora Ambiental
318 6887915
Gracias Geraldine por tu visita, pero somos un portal de contenido y no tenemos contacto directo con el Humedal. Te recomendamos contactarte directamente con ellos.