Su Matrimonio Siempre Puede Ser Mejor
Nueva York. Según el medio Voz Católica, las estadísticas sobre el divorcio en Estados Unidos varían; muchas organizaciones están de acuerdo en que actualmente el cincuenta por ciento de los matrimonios termina en divorcio. Otras -como el Centro Nacional de Estadísticas sobre la Salud- establecen la tasa de divorcios en el cuarenta por ciento. Algunos sociólogos consideran que la sociedad estadounidense es una sociedad individualista, lo que impide a muchas personas pensar en la posibilidad de unirse a otra por el resto de su vida. Esta realidad es deplorable, por los inmensos perjuicios que causa a la salud mental de los hijos pequeños y de los propios cónyuges, los daños económicos, sociales, culturales e incluso los pertinentes a la salud del individuo. En nuestro medio subdesarrollado y machista las estadísticas pueden variar, pero es un hecho que las uniones –bien sea legales o libres- tienden a fracasar, amén del sinnúmero de casos de madre-solterismo, embarazo de adolescentes, morbi-mortalidad por abortos, y toda la tragedia que sabemos representa esto para la sociedad, para las personas y para el estado, en la construcción de tejido social.
Pero supongamos que una pareja se casa legalmente con todas las de la ley; enamorados, ilusionados, con muchos proyectos para la nueva familia que nace. ¿Por qué después de unos pocos años -o incluso décadas- termina en separación aquella que otrora fue hermosa unión? Las razones son enemil, pero muchísimas son solucionables. No hay duda de que maltrato físico e infidelidad permanente no son tolerables, pero los divorcios se presentan por demasiadas ligerezas y sin siquiera examinar las posibilidades de enderezar el camino. Al respecto hemos leído una obra de la psicoterapeuta norteamericana Michele Weiner-Davis quien ha tomado la bandera de solucionar conflictos conyugales con una alta tasa de éxitos: la mejor manera de salvar su matrimonio no es acabar con él, sino comenzar uno nuevo… con la misma persona. En Su matrimonio siempre puede ser mejor (Olvídese del divorcio) de la editorial Norma, da a las parejas consejos directos y útiles para permanecer juntos en lugar de tomar la decisión drástica de divorciarse. Con un enfoque optimista, Weiner-Davis sostiene que la mayoría de los problemas matrimoniales tienen solución, pues los estudios demuestran que las principales causas que llevan al divorcio no son el maltrato físico o la adicción sino la falta de comunicación, la falta de afecto y la cantaleta, problemas que tienen solución si las personas aprenden a manejarlos. Con la ayuda de ejemplos de la vida real, ofrece técnicas para enriquecer el matrimonio y prevenir el divorcio, que pueden practicarse en pareja o individualmente. La autora –quien usa la técnica de la Terapia Breve Basada en Soluciones- les enseña a los lectores cómo dejar el pasado atrás y fijarse metas alcanzables, las estrategias para solucionar los conflictos y lograr que los cambios perduren, los métodos para romper con las conductas improductivas. El libro es inspirador y accesible y les muestra a las parejas que están atravesando una etapa difícil que es mejor trabajar para mejorar las cosas que escapar de ellas. Da resultados rápidos, en lugar de los posibles resultados a largo plazo –cuando generalmente es demasiado tarde para la salud de la unión- que dan los psicodinamistas.
De acuerdo al Proyecto Nacional sobre el Matrimonio de la Universidad Rutgers, Nueva Jersey, los jóvenes adultos de hoy enfrentan un mayor riesgo de fracasar en sus matrimonios que cualquier generación previa en la historia de la nación. Como consecuencia de tres décadas con altos índices de divorcio -y del alto número de niños nacidos fuera del matrimonio- ha aumentado el número de jóvenes que crece sin el ejemplo de un matrimonio exitoso, y con poca o ninguna confianza de que pueda mantenerse una relación matrimonial duradera. Pero ¿qué está pasando? Una epidemia de pereza erótica afecta a Estados Unidos – y a otros países- donde una de cada cinco parejas casadas tiene relaciones sexuales menos de diez veces al año y también para las uniones libres que llevan ya cierto tiempo. La solución obviamente no es la denigrante asistencia a clubes de swingers, que intercambian parejas. Hay que respetar a la familia y a los hijos, cuando los hay. Ese es otro fenómeno en los países desarrollados: en los Estados Unidos por ejemplo, el promedio de hijos por pareja es de sólo 1.7 mientras que en la China se supone que es uno, pero por imposición del régimen comunista. Ni tanto que que al santo…
El hastío sexual es uno de los asuntos de más interés para los expertos. En parte se le echa la culpa a que -en la vida moderna- las parejas están demasiado ocupadas con trabajo, los niños y otros compromisos, y no tienen ni tiempo ni energías para hacer el amor, dice la autora. Un matrimonio con falta de relaciones sexuales es un matrimonio en peligro; muchos expertos sexuales creen que la falta de deseo sexual es el secreto mejor guardado de los hombres en Estados Unidos.
Según una encuesta del Centro de Investigación de Opinión, de la Universidad de Chicago, los adultos en norteamérica tienen en promedio de relaciones sexuales unas sesenta y un veces al año, que no estaría nada mal para parejas mayores de cincuenta, pero esto incluye al grupo total de parejas de todas las edades, sin tener en cuenta las variaciones por el estado marital y la edad. Pero la apatía que preocupa a los expertos no se debe solamente a las exigencias supuestamente mucho mayores de la vida moderna. Hay problemas al pasar de una pareja totalmente embelesada por la pasión a una pareja casada, que debe ponerle empeño al sexo; cuando se es joven, el hombre tiene deseo sexual por sí mismo, pero pasados los cincuenta, el deseo sexual autónomo del hombre disminuye y hasta desaparece pues el hombre necesita el estímulo de la mujer. Monseñor Agustín Román –de Miami- opina que los ingredientes básicos de la receta para un matrimonio exitoso son paciencia, perseverancia y tolerancia. Pero la psicóloga Weiner toma una posición muy proactiva, lo que hace muy interesante este libro y otros que ha publicado. A veces la sola iniciativa y decisión de uno de los cónyuges de cambiar, puede introducir un elemento positivo que salve el matrimonio. Ambos necesitan saber que la prioridad número uno del esposo es la esposa, y viceversa.
Weiner M. www.divorcebusting.com www.vozcatolica.org Siglo 21,edición 113, julio 9, 2003
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