Nuevas pistas para tratar el Cáncer de Ovario Recurrente

Una nueva investigación halla que las mujeres que tienen un cáncer de ovario recurrente y que empiezan la quimioterapia tan pronto como aumentan los niveles de un biomarcador del cáncer no viven mucho más tiempo que las mujeres que esperan hasta que los síntomas empiezan a reaparecer.

Los niveles en la sangre del marcador, conocido como CA125, anteceden a menudo a la reaparición de los síntomas de cáncer de ovario recurrente, pero hay cierto debate en torno a la utilidad de supervisar los niveles de CA125.

“Creo que el principal resultado de este estudio es que dará confianza a la gente de que no estamos comprometiendo el tratamiento de ninguna persona [si retrasamos la quimioterapia]”, dijo el Dr. Andrew Berchuck, director de la división de oncología ginecológica del Centro Médico de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte.

Y el costo de la prueba es minúsculo (de casi $50) en comparación con los cientos de miles de dólares de muchas otras pruebas, agregó.

Cuando se publicaron por primera vez los resultados del estudio en una gran reunión sobre el cáncer, la Society of Gynecologic Oncologists emitió un comunicado que decía que “aunque la monitorización del CA125 para el diagnóstico temprano de la recurrencia quizá no represente una ventaja considerable en materia de supervivencia, las pacientes y sus médicos deberían tener aún la oportunidad de elegir este método como parte integral de una filosofía de gestión activa que incluya la participación en ensayos de nuevas terapias. Otras pacientes, sobre todo las que obtienen un beneficio menos significativo, podrían optar por la espera vigilante con énfasis en la calidad de vida”.

Este trabajo, el primer ensayo aleatorio que analiza la programación de la quimioterapia en las mujeres con cáncer de ovario recurrente, aparece en la edición del 2 de octubre de The Lancet, una edición especial con temas sobre el cáncer.

En el estudio participaron 529 mujeres que estaban en remisión de cáncer de ovario y cuyos niveles de CA125 eran revisados cada tres meses.
Las participantes fueron asignadas de manera aleatoria para recibir quimioterapia temprano (tan pronto como los niveles de CA125 duplicaran el límite superior de lo normal) o más tarde (ante la aparición de los síntomas)

La supervivencia fue la misma en ambos grupos: 25.7 meses entre las que fueron tratadas de forma temprana y 27.1 meses entre las que fueron tratadas más tarde, informaron los investigadores.

Pero muchas de las pacientes del estudio recayeron antes que el promedio, lo que sugiere que podían estar en mayor riesgo de la enfermedad, es decir que unas eran más resistentes a la quimioterapia, dijo el Dr. Robert A. Burger, profesor de oncología quirúrgica y director del Centro Oncológico de la Mujer en el Centro Oncológico Fox Chase de Filadelfia.

“En este subgrupo resistente a la quimioterapia, quizá lo razonable sea posponer el tratamiento hasta que las pacientes tengan los síntomas o tratarlas con un agente no tóxico, como tamoxifeno, o inscribir a esas pacientes en un ensayo clínico que evalúe terapias biológicas en lugar de citotóxicos”, apuntó. “Este ensayo no respondió la pregunta para las pacientes que tuvieron una recurrencia del cáncer a los 12 meses o más tarde”.

Burger también apuntó que, en promedio, hay diferencias en cuanto a los patrones de cuidado y la disponibilidad de una gama de medicamentos más amplia para tratar el cáncer de ovario en Estados Unidos, en comparación con Europa. Además, los tratamientos han mejorado desde que el estudio se llevó a cabo.

Sin embargo, en el estudio se encontró que la calidad de vida era mucho más alta entre las pacientes que iniciaban la quimioterapia sólo después de la aparición de los síntomas de recurrencia del cáncer, algo que Berchuck ha visto en su propia práctica.

“He tenido pacientes con niveles en aumento de CA125, pero trato de decirles que no podemos curar el cáncer y que no hay ninguna evidencia de que el tratamiento temprano sea lo mejor, por lo que deben postergar la quimioterapia para más adelante sabiendo que tendrán que retomar el tratamiento en algún momento. Que su calidad de vida mejorará”, explicó.

Berchuck señaló que prefiere conocer los niveles de CA125, aunque las mujeres no quieran ver los resultados, “así sé cómo va la enfermedad. El punto clave no son los niveles de CA125, sino lo que hacemos con esa información”.

“Por primera vez, a las mujeres se les puede dar un consejo basado en evidencia y pueden tomar decisiones informadas para su seguimiento”, escribieron los investigadores del estudio. “Los resultados de este ensayo sugieren que pueden optar por una monitorización de rutina de los niveles de CA125 si su enfermedad está en completa remisión luego del tratamiento de primera línea”.

Burger agregó que “las pacientes y sus médicos deben seguir teniendo la oportunidad de optar por la monitorización de CA125 como parte de una filosofía de gestión activa”.

Otro estudio en la misma edición de la revista encontró que el medicamento de quimioterapia cabazitaxel permitió a hombres que tenían cáncer de próstata metastásico que no habían respondido bien a otras terapias sobrevivir una media de 2.4 meses más que docetaxel.

Y un tercer estudio encontró que agregar el anticuerpo monoclonal rituximab a la quimioterapia prolongó las vidas de los pacientes que tenían leucemia linfocítica crónica.

FUENTES: Andrew Berchuck, M.D., director, division of gynecologic oncology, Duke University Medical Center, Durham, N.C.; Robert A. Burger, M.D., professor of surgical oncology, section of gynecologic oncology and director, Women’s Cancer Center, Fox Chase Cancer Center, Philadelphia; Oct. 2, 2010, The Lancet
HealthDay

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