Mejora el Control de la Hipertensión Arterial

Aunque la cantidad de estadounidenses que tienen hipertensión no se ha reducido en los últimos años, investigadores informan que la buena noticia es que más de estos pacientes la tienen bajo control.

La hipertensión arterial o presión arterial elevada, es un factor de riesgo importante de ataque cardiaco, accidente cerebrovascular y otros problemas cardiovasculares. Se consideró como un problema de salud tan importante que alcanzar un índice de control de cincuenta por ciento se convirtió en parte de la meta oficial Healthy People 2010.

La meta se ha logrado, según el Dr. Brent M. Egan, profesor de medicina y farmacología de la Universidad Médica de Carolina del Sur y autor líder de un informe que aparece en la edición del 26 de mayo de la Journal of the American Medical Association. Para ese informe se usaron datos de una serie de encuestas nacionales de salud que se hicieron entre 1988 y 2008.

“La buena noticia es que el control de la presión arterial ha mejorado muy sustancialmente con los años”, señaló Egan. “Pasó de 27 por ciento de todos los hipertensos a 50 por ciento, y la mayor parte del avance tuvo lugar desde 2000. La concienciación acerca de la presión arterial mejoró de 69 a 81 por ciento y la cantidad de hipertensos que reciben tratamiento mejoró de 54 a 72 por ciento”.

La mala noticia es que la cantidad de estadounidenses hipertensos no se ha reducido. “No estamos haciendo un buen trabajo de prevención”, señaló Egan. Se calcula que 65 millones de estadounidenses, cerca de 29 por ciento de la población, tienen en estos momentos hipertensión, algo muy alejado de la meta nacional de 16 por ciento.

El estudio definió hipertensión como tener una lectura de 140/90 o más, informar sobre el uso de medicamentos para reducir la presión arterial o ambos. Se definió control como tener una lectura inferior a 140/90.

Un desglose en grupos distintos muestra que mejorar la concienciación sobre los peligros de la hipertensión y las medidas para controlarla se debe dirigir con precisión, agregó Egan.

“Con individuos más jóvenes, hombres e hispanos, el énfasis se debe colocar en incrementar la concienciación y en recibir tratamiento”, dijo. “Entre los adultos mayores, los estadounidenses de origen africano y las mujeres, aunque más gente recibe tratamiento y la concienciación es elevada, el porcentaje de control es inferior al promedio”.

Egan aseguró que realizó el estudio porque ha estado trabajando en la concienciación sobre la hipertensión y el control con 200 consultorios médicos en la comunidad en el sureste de los EE. UU., donde la hipertensión es más común. “Me pareció que debíamos tener una buena idea de lo que estaba sucediendo en todo el país”, dijo.

La encuesta halló un índice ligeramente menor de control de la hipertensión entre los negros y la población general, pero la diferencia es lo suficientemente reducida para que pueda ser cuestión de casualidad, aseguró Egan. Un estudio reciente halló una reducción general de la incidencia de accidente cerebrovascular en los EE. UU., pero no entre los negros.

Las preocupaciones sobre la hipertensión han llevado a la proposición de un programa nacional dirigido a reducir el contenido de sal en las comidas estadounidenses, debido a que se sabe que los niveles elevados de sodio incrementan la presión arterial.

Reducir la ingesta de sodio es buena idea, según Egan, “pero yo prefiero concentrarme en la calidad de la dieta. Comer más frutas, verduras y alimentos integrales reduce la ingesta de sodio”.

Hacen falta medidas preventivas, como mejor dieta, más actividad física y reducción del peso para lograr el control de la hipertensión, señaló en un editorial acompañante el Dr. Aram V. Chobanian, ex decano del centro médico de la Universidad de Boston y presidente emérito de la universidad.
“Hay muy poca evidencia de que el estilo de vida haya mejorado en los EE. UU., pero a largo plazo, es ahí donde estará el mayor beneficio”, aseguró Chobanian. “De otro modo, a medida que envejece la población y aumenta la epidemia de obesidad, la prevalencia de hipertensión aumentará”.

Cambiar el estilo de vida de los estadounidenses no será fácil, dijo. “Para lograrlo, tendrá que haber un proceso a largo plazo que incluya grupos muy distintos de personas”, dijo Chobanian. “Es trabajo dujo y mucho más difícil que tomar pastillas”.

FUENTES: Brent M. Egan, M.D., professor, medicine and pharmacology, Medical University of South Carolina, Charleston, S.C.; Aram V. Chobanian, M.D., former dean, Boston University Medical Center, president emeritus, Boston University; May 26, 2010, Journal of the American Medical Association

HealthDay

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