Hormonas Cardiacas vencen Cánceres en Ratones

Una investigación reciente ofrece evidencia preliminar de que hormonas producidas por el corazón para controlar tanto la presión arterial como el volumen sanguíneo podrían ser utilizadas para tratar, y posiblemente curar, una amplia variedad de cánceres.

Tras un mes de tratamiento intravenoso con cualquiera de cuatro hormonas cardiacas péptidas humanas, ratones diseñados para desarrollar cáncer pancreático y cáncer de mama humanos experimentaron resultados dramáticos. En promedio, el 54 por ciento de los que tenían cáncer de mama y el 37 por ciento de los que tenían cáncer de páncreas se curaron, sin recurrencia de los tumores ni efectos secundarios por el tratamiento.

Incluso entre los ratones que no fueron curados, la reducción de los tumores fue sorprendente, ya que el tamaño se redujo en más del 90 por ciento. Y un análisis más detallado de cada hormona reveló propiedades anticancerosas incluso más potentes entre ciertas hormonas. En los mejores casos, las hormonas más eficaces provocaron una eliminación total del tumor, sin cirugía, quimioterapia ni ningún otro tratamiento adicional, en dos tercios de los ratones que tenían cáncer de mama y 80 por ciento de los ratones que tenían cáncer de páncreas.

“Esto plantea la esperanza de que el cáncer pueda convertirse en una enfermedad crónica, aunque no se cure por completo”, afirmó el autor del estudio, el Dr. David L. Vesely, director del departamento de farmacología y fisiología molecular en el Centro de hormonas cardiacas de la Universidad del sur de Florida, en Tampa.

Vesely planifica presentar sus hallazgos en la conferencia anual de biología experimental el 9 de abril en San Diego. Los hallazgos se publicaron originalmente en la revista in vivo el año pasado.

“Durante 350 años, se ha pensado que el corazón es sencillamente una bomba”, señaló Vesely. “Pero ahora sabemos que produce hormonas que disminuyen la presión arterial y se deshacen de la sal y el agua. Así que primero evaluamos cuatro de estas hormonas que provienen del mismo gen, y las estudiamos en cultivos celulares en el laboratorio, y encontramos que esencialmente eliminaban el 97 por ciento de las células cancerosas expuestas en un plazo de 24 horas”.

Con financiación que provenía mayormente de la U.S. Veteran’s Administration, el equipo de investigación luego desarrolló células de cáncer humano en ratones de ambos sexos de un mes de edad, concentrándose en el cáncer de páncreas, que Vesely describió como “el peor de todos”, dado el rápido paso de su desarrollo, lo mal que funciona su tratamiento, y un índice medio de supervivencia de apenas unos meses.

Casi 34,000 estadounidenses son diagnosticados con cáncer de páncreas cada año, y 32,000 mueren de la enfermedad anualmente.

Algunos de los ratones que tenían cáncer pancreático recibieron una solución salina, mientras que otros fueron expuestos a un régimen de un mes de una de cuatro hormonas cardiacas: el péptido natriurético de larga duración (LANP, por su sigla en inglés), el dilatador de vasos (VDL), el péptido kalirurético (KP) o el péptido natriurético auricular (ANP).

Se encontró que el ANP proveía el mejor efecto contra el cáncer, ya que eliminó los tumores en cuatro de cinco ratones tratados. Entre los que no se curaban por completo, el VDL proveyó la mejor reducción del cáncer, llevando los tumores expuestos a apenas el dos por ciento de su tamaño máximo.

Un año más tarde, los investigadores encontraron que todos los ratones curados seguían libres de cáncer. En base al hecho de que la vida normal de un ratón dura alrededor de un año, Vesely y sus colegas concluyeron que todos los ratones tratados terminaron muriendo de edad avanzada, y no de cáncer.

Vesely, que señaló que su esposa murió de cáncer de mama hace unos cinco años, se enfocó entonces en ese tipo de cáncer.

Señaló que en un experimento similar con ratones, los tratamientos con las hormonas VDL y KP produjeron un índice de eliminación tumoral de 67 por ciento.

“Por supuesto, nunca esperábamos resultados tan buenos”, afirmó. “Tampoco quiero emocionarme demasiado. Pero si esto funciona en humanos, sería espectacular. Porque, por supuesto, una de cada dos familias [experimenta] cáncer”.

Se tiene programado que los ensayos humanos, patrocinados por la firma privada Kalos Therapeutics, con sede en San Diego, comiencen en doce a 18 meses. Si todo sale bien, Vesely predijo que un tratamiento hormonal podría estar disponible en un plazo de tres años.
Sin embargo, el Dr. Len Lichtenfeld, subjefe médico de la American Cancer Society, advirtió que aunque la idea de un tratamiento para el cáncer con hormonas cardiacas tiene un “seductivo” atractivo, se necesita mucho más investigación.

“Desafortunadamente, en general, vemos muchos experimentos que parecen promisorios en los tubos de ensayo y en los animales, pero que por cualquier motivo no se traducen en nada que tenga un beneficio para el tratamiento”, apuntó. “Y específicamente en esta caso, estamos hablando sobre hormonas normales que ya están en circulación en nuestro cuerpo, y receptores normales en células cancerosas.

Así que tal vez de manera simplista pero sin embargo importante, surge una pregunta: ¿por qué se enferma la gente con cáncer en primer lugar si este mecanismo hormonal es tan eficaz?”, planteó Lichtenfeld. “Y no veo que los investigadores sugieran claramente un mecanismo racional subyacente para explicar por qué sucedería y funcionaría en humanos.

Así que comprendo que un investigador haya perdido su esposa y una madre por el cáncer, y sé que es algo personal”, reconoció. “Y ciertamente he aprendido a nunca decir nunca jamás. Pero conllevaría considerablemente más replicación de este trabajo antes de que pueda decir que esta teoría avanzará”.

HealthDay

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