Más proteína o grasas monoinsaturadas y menos carbohidratos en una dieta baja en grasas saturadas mejoran la presión sanguínea y los lípidos
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Effects of protein, monounsaturated fat, and carbohydrate intake on blood pressure and serum lipids. Results of the OmniHeart randomized trial. JAMA 2005; 294: 2455-2464.
Appel Lj, Sacks Fm, Carey Vj, Et Al. For The Omniheart Collaborative Research Group
Evidencia Nivel: I
En una dieta baja en grasa saturada, sustituir algunos carbohidratos con proteínas vegetales o grasas monoinsaturadas reduce después la presión sanguínea y mejora el perfil lipídico, reduciendo, por lo tanto, el riesgo cardiovascular (CV). El Ovni-Heart (Optimal Macronutrient Intake Trial to Prevent Heart Disease) es un estudio aleatorizado, en tres períodos, cruzado, de alimentación que, construido sobre los hallazgos del estudio DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension), examina los tipos óptimos y nutrientes con los cuales reemplazar la grasas saturadas. El objetivo principal medido fue la presión sanguínea sistólica, colesterol de baja densidad (LDL) y el estimado de riesgo CV.
Está ampliamente sostenido que reduciendo las grasas saturadas en la dieta, se baja el riesgo CV. El estudio DASH mostró que una dieta alta en carbohidratos y baja en grasas saturadas, grasas totales y colesterol, baja el colesterol LDL y la presión sanguínea (PS). La dieta del DASH, sin embargo, reduce también las lipoproteínas de alta densidad (HDL) y no baja los triglicéridos, lo cual está asociado a un aumento del riesgo CV.
El estudio actual examinó los tipos óptimos de macronutrientes que reemplazan las grasas saturadas comparando los efectos sobre los lípidos y la presión sanguínea de las tres dietas bajas en grasas saturadas: una dieta rica en carbohidratos, similar al DASH; una dieta rica en proteínas, mitad de las cuales vienen de fuentes vegetales; una dieta rica en grasas insaturadas, primariamente monoinsaturadas.
Un total de 164 mujeres y hombres sanos, de 30 años o más, quienes fueron hipertensos o tenían un estado de hipertensión, se reclutaron en el estudio en dos centros clínicos. Los participantes se asignaron aleatoriamente a una de seis secuencias de las tres dietas. Todos los 163 completaron al menos dos períodos de alimentación; 159 completaron los tres períodos. Cada dieta duró en promedio 41 días y fue reducida en grasas saturadas, colesterol y sodio y rica en frutas, vegetales, fibra y potasio.
La dieta alta en carbohidratos se parecía a la de DASH con gran cantidad de frutas, vegetales y productos lácteos bajos en grasa. En la dieta alta en proteínas, algunos de los carbohidratos se reemplazaron por proteínas, dos tercios de los cuales venían de fuentes vegetales. La dieta de grasas insaturadas reemplazó algunos carbohidratos con grasas monoinsaturadas, incluyendo aceites de oliva, canola y flor de azafrán, nueces y semillas.
La presión sanguínea (PS) y base estuvo entre 120 y 159 mm Hg sistólica y 80 a 99 mm Hg diastólica.
Las tres dietas bajaron la PS, LDL y el riesgo estimado CV comparado con la línea de base. La dieta proteica bajó más la PS que la dieta rica en carbohidratos en un promedio de 1.4 mmHg (p=0.002) y por 3.5 mm Hg en los participantes que tenían hipertensión (p=0.006). La dieta alta en proteínas también alteró los lípidos comparada con la dieta en carbohidratos disminuyendo el colesterol LDL en 3.3 mg/dL (p =0.01), HDL en 1.3 mg/dL (p= 0.02) y triglicéridos por 15.7 mg/ dL (p<0.001). La dieta de grasas insaturadas también bajó la PS más que la de carbohidratos, disminuyendo la presión sanguínea en 1.3 mm Hg (p=0.005) y 2.9 mmHg en los de hipertensión (p=0.02). No hubo diferencia significante en los efectos sobre el LDL, pero aumentó el HDL en 1.1 mg/dL (p=0.03) y bajó los triglicéridos en 9 mg/dL (p=0.02).
Los investigadores establecen que los estimados en el riesgo CV fueron similares en las dietas de proteínas y grasas insaturadas y menores que las de la dieta rica en carbohidratos.
En conclusión, en una dieta sana rica en frutas y vegetales y con niveles recomendados de grasas saturadas, colesterol, fibra, y minerales reemplazando parcialmente los carbohidratos con proteínas o grasas monoinsaturadas, pueden bajar la PS y mejorar el perfil lipídico, bajando el riesgo CV.
Comentario. Esta es hasta ahora una de las más excitantes bases para construir un plan nutricional para mujeres de edad mediana que realmente nos conserve saludables.
Yo amo la dieta DASH, pero ahora voy a modificarla. El uso de tres comidas con calcio bajo en grasa, diario, incluyendo leche, queso y yogurt. El uso de nueve comidas coloridas de frutas y vegetales al día, enfocándose en más vegetales y pocas frutas (una porción es solo ½ taza, es importante contarla). Los vegetales de hojas verdes pueden llenar una taza y agregarle vitaminas y antioxidantes, especialmente espinaca y variedades de col. Cambios en la grasa incluyen más aceite de oliva. Tener en mente que el aceite de canola a menudo falta de omega 3. No hay espacio en nuestro cuerpo para aceites animales, manteca de cerdo, tocineta y otras grasas. Las leyes federales exigen que se coloque a partir del 1 de enero del 2006 el contenido de grasa atrás en los paquetes de comida (Nosotros debemos enseñar a nuestros pacientes cómo leer estos datos). Y finalmente, las necesidades de fructosa deben reducirse n nuestras dietas. Este estudio es un tesoro y es el corazón de una vida saludable.
Con agradecimientos a John Whitcomb, MD,
y Aurora Sinai Wellness Institute.
Kathryn K. Havens, MD
Associate Professor of Family Medicine
University of Wisconsin Medical School
Milwaukee, WI
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