Historia familiar, edad e histología afectan el riesgo de cáncer de mama en mujeres con enfermedad benigna mamaria
Benign breast disease and the risk of breast cancer. N Engl J Med 2005; 353: 229-237.
Hartmann Lc, Sellers Ta, Frost Mh, Et Al.
Evidencia Nivel II-2
En las mujeres con diagnóstico de enfermedad benigna de mama, el riesgo de desarrollar cáncer de mama se afecta significativamente por su historia familiar de cáncer de mama, edad al diagnóstico, e histología de los hallazgos, de acuerdo con este estudio a largo plazo, observacional y de cohorte.
Un total de 9087 mujeres (edad promedio 54.1 años) que habían sido diagnosticadas con enfermedad benigna del seno, se siguieron por un promedio de 15 años. Los hallazgos histológicos se definieron como lesiones no proliferativas (66.7% de las mujeres), lesiones proliferativas sin atipia (29.6% de las mujeres), e hiperplasia atípica (3.7%).
Durante el seguimiento, se desarrollaron 707 casos de cáncer mamario. El riesgo relativo global (RR) para cáncer fue de 1.56 (IC 95%, 1.45-1.68), y este aumento del riesgo persiste por al menos 25 años después de la biopsia inicial. Las mujeres con hiperplasia con atipia tuvieron el más alto riesgo (RR, 4.24; IC 95%, 3.26-5.41), seguidas de aquellas con cambios proliferativos sin atipia (RR 1.88; IC 95%, 1.66-2.12) y lesiones no proliferativas (RR, 1.2; IC 95%, 1.15-1.41). Lo fuerte de una historia familiar de cáncer de mama, disponible en 4808 participantes, se encontró como el riesgo independiente más significativo de los hallazgos histológicos. Para las mujeres mujeres sin historia familiar conocida, el riesgo global fue de 1.18 (IC 95%, 1.10-1.37).
Las mujeres con débil historia familiar tuvieron un RR de 1.43 (IC 95%, 1.15-1.75) y aquellas con una fuerte historia familiar tuvieron un RR de 1.93 (IC 95%, 1.58-2.32).
Los investigadores anotaron que aunque no se encontraron interacciones significantes para historia familiar y la edad y los cambios histológicos, las mujeres con lesiones no proliferativas y débil o inexistente historia familiar no tenían esencialmente un aumento del riesgo RR 1.12 y 0.89 respectivamente; ICs 95% no significativos.
La edad y los hallazgos histológicos se hallaron ligados de forma significativa. En general, las mujeres con atipia tienden a ser mayores (edad promedio, 57.8 años) que aquellas con hallazgos no proliferativos (promedio de edad, 49.9 años), con diferencia significante (p < 0.001). Para las mujeres con atipia, los RRs fueron: 6.99 si se desarrollaba antes de los 45 años de edad, 5.02 si se desarrollaba entre los 45 y 55, y 3.37 si se desarrollaba después de los 55 años.
Comentario. Este estudio de Hartmann y colaboradores es muy importante para definir el riesgo de cáncer de mama asociado con la enfermedad benigna de mama. Antes de ese artículo, datos comprensivos que correlacionaran factores demográficos y lesiones histológicas específicas con el riesgo de cáncer mamario fueron limitados; los resultados de los estudios existentes son ambiguos. Por ejemplo, los datos del National Surgical Adjuvant Breast Project (NSABP) sugieren que las mujeres con lesiones mamarias no proliferativas tienen un aumento del cáncer de mama [Wang J Natl Cancer Inst 2004].
El estudio NSABP, sin embargo, no tiene datos suficientes para distinguir las lesiones proliferativas de las no proliferativas y, al contrario, las mezcla.
Un punto importante fue que las lesiones no proliferativas no incrementan el riesgo de cáncer de mama en mujeres sin historia de cáncer mamario o con una débil historia familiar.
Solamente en mujeres con fuerte historia familiar estos hallazgos predijeron un aumento de riesgo, aunque el aumento fue principalmente debido a historia familiar mejor que a la presencia de la misma lesión.
Por otro lado, las lesiones proliferativas, particularmente aquellas con atipia, predijeron un sustancial aumento de riesgo de cáncer de mama. Lesiones específicas (definido en los criterios de Page [Dupont N Engl J Med 1985; Page Cancer 1985]) impartiendo criterios de riesgo aumentados, incluyeron cambios fibroquísticos proliferativos sin atipia y cambios proliferativos con atipia (hiperplasia ductal atípica, hiperplasia lobular atípica, o ambas).
Notablemente, los datos provistos le permiten a uno tener en cuenta la edad del paciente, la historia familiar y la histología, cuando se mide el riesgo.
Finalmente, el estudio provee datos inferenciales acerca de la patofisiología. Durante los primeros diez años de seguimiento, las lesiones proliferativas predijeron un exceso de riesgo de cáncer de mama en el mismo seno, sugiriendo que esas pueden ser lesiones precursoras. De forma interesante, hubo un aumento en los cánceres de mama contralaterales, sugiriendo que ciertas lesiones benignas pueden reflejar una propensión oculta para que se desarrolle cáncer mamario en otros sitios de la mama. En el pasado, esta predisposición se llamó “defecto de campo” y más recientemente, “fenotipo mutante” Santen N Engl J Med 2005].
En resumen, este es un estudio clave que da una información práctica al clínico para interpretar cuál es el riesgo que representa la presencia de enfermedad benigna de la mama.
Richard J. Santen, MD
Professor of Medicine
Division of Endocrinology and Metabolism
University of Virginia Health System
Charlottesville, VA
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