Hemofilia, Ejercicios y Actividades Deportivas

Graciela Bohorquez de Perinni,* Marta Elena Tobón Duque,** Claudia Briceño García.**

*Enfermera, con entrenamiento en Hemofilia ** Fisioterapeuta. Fundación Santa Fe de Bogotá.
Correspondencia: enfermeria@fsfb.org.co.

Introducción

La mayoría de las personas con hemofilia sufren problemas de sangrado músculo esquelético, como hemartrosis (sangrado de las articulaciones) y hematomas (sangrado de los músculos).

Las articulaciones comprometidas con mayor frecuencia son las rodillas, codos, tobillos y con menor frecuencia las caderas, hombros y muñecas.

Las hemorragias musculares pueden presentarse en cualquier músculo. El gastronemio, músculo de la pantorrilla es el sitio más común, siendo también frecuentes en el psoas ilíaco, cuadriceps y bíceps.

Estas hemorragias producen dolor, inflamación y limitación del movimiento, pueden conducir a atrofia muscular y cambios en la posición normal de la articulación afectada.

Una vez se controla la hemorragia es necesario recuperar la función normal articular o del músculo y una rutina de ejercicios apropiados es una herramienta indispensable.

La fisioterapia tiene como objetivo mantener y aumentar la movilidad de las articulaciones, mejorar la potencia muscular, intentando recuperar la función normal de la articulación o la región afectada. En el tratamiento de fisioterapia se consideran varias fases: la parte preventiva, dirigida a personas con riesgo de desarrollar o repetir una hemorragia. Si una persona mejora su condición física general, es decir la fuerza y la flexibilidad los músculos darán mejor apoyo a las articulaciones y serán menos probable las hemorragias. La segunda fase es el tratamiento que se realiza cuando se presenta un sangrado en una articulación, ya sea por primera vez o después de uno anterior.

Este folleto realizado por el Grupo de Hemofilia de Fundación Santa Fe de Bogotá presenta conceptos básicos sobre las actividades deportivas para pacientes con hemofilia y un programa de ejercicios que se puede realizar en casa con ayuda de la familia. Está diseñado para tratar los problemas específicos así como para mejorar la condición física general. Para lograr este propósito los autores recomiendan realizar los ejercicios con una frecuencia mínima de tres veces por semana y tener una actividad deportiva una o dos veces por semana, sin demandar esfuerzo del organismo.

Las Actividades Deportivas

Son ejercicios que se realizan en grupo o en forma individual y cuyo objetivo es recrear, producir satisfacción y competición. Destacan a quienes la practican dentro de su comunidad y mantienen el proceso de sociabilización en las diferentes edades de la vida.

Las actividades deportivas son muy variadas según la cultura de cada país; la diferencia radica en que las personas con hemofilia no deben realizarlas en forma competitiva a menos que sea en familia o con grupos de individuos igualmente hemofílicos. Al programar estas actividades se deben tener en cuenta las condiciones físicas, las habilidades, así como los gustos o preferencias.

Cualquier actividad física debe evitarse cuando hay un sangrado, pero una vez que éste termina, hay que reiniciar la actividad con suavidad.

En general se recomienda la natación, tenis de mesa, caminatas, golf, bolos, ciclismo, billar y algunos bailes. Evitar los deportes de contacto como boxeo, karate, fútbol, motociclismo, béisbol, basquetbol y voleibol y los deportes de alto riesgo. En los países suramericanos el fútbol es una actividad común a todos los grupos humanos y aislar por esta razón a la persona con hemofilia de esta actividad podría ser contraproducente. Se recomienda el empleo de pelotas de caucho a diferencia de las convencionales de cuero para ofrecer menor resistencia al impacto. Al compartir en familia esta actividad deportiva los padres deben tener en cuenta no ser competidores de sus hijos hemofílicos.

Los Ejercicios

Los ejercicios son actividades programadas repetitivas y progresivas que requieren orientación y ayuda, aumentan la potencia del músculo manteniendo o aumentando la movilidad y disminuyendo la deformidad.

Los miembros inferiores, los superiores y el tronco se pueden beneficiar al practicar estos ejercicios, teniendo en cuenta que deben realizarse para ambos lados del cuerpo.

Programa de Ejercicios

Todos los ejercicios que a continuación se describen se deben repetir cinco veces e ir aumentando gradualmente hasta llegar a diez o quince veces.

Ejercicios para mantener o mejorar los arcos de movimiento de las articulaciones

1 Acostado boca arriba, piernas estiradas, lentamente doblar el muslo y la rodilla dirigiéndola hacia la barbilla. Estirar suavemente hasta la posición inicial. Puede hacerse apoyando el talón en la cama, después se puede hacer dejando el pie en el aire sin apoyo. Alternar las piernas.

2 Acostado boca abajo con las piernas estiradas, lentamente doblar una rodilla hasta donde pueda. Mantenga la posición contando hasta cinco y estire suavemente hasta la posición inicial. Alterne las piernas.

3 Acostado boca arriba o sentado hacer los siguientes movimientos con los pies: llevar los pies hacia arriba, hacia abajo, hacia adentro, hacia fuera. Doblar y estirar los dedos de los pies.

4 De pie o sentado en una silla, colocar el brazo al lado del cuerpo, doblar y estirar el codo sin mover el hombro.

5 De pie o sentado en una silla, colocar el brazo al lado del cuerpo, doblar el codo en ángulo recto y girar el antebrazo hasta que la palma quede abajo y luego hacia arriba. Mantener el brazo pegado al cuerpo.

Ejercicios para fortalecer los músculos de las rodillas, codos y pies

6 Inicialmente todos los ejercicios se deben hacer sin pesa. Una vez mejore la fuerza, usar una banda elástica o una pesa.

Acostado boca arriba con una almohada pequeña enrollada debajo de la rodilla, levante el pie de la cama estirando la rodilla. Mantenga la posición contando hasta cinco y baje lentamente. Puede usarse una pesa colocada en el tobillo.

7 Acostado boca arriba contraiga el músculo encima de la rodilla y levante la pierna estirada de modo que el talón se separe de la cama más o menos 10 o 15 cms, mantenga la posición contando hasta tres y baje lentamente. Puede hacerlo teniendo la pierna contraria doblada y apoyada en la cama. Alternar con cada pierna.

8 Sentado sobre el borde de una cama o una silla alta y con las piernas colgando, levantar una pierna estirando la rodilla, contar hasta cinco y bajar suavemente hasta la posición inicial.

9 Una vez que se pueda parar sin apoyo, colóquese en posición de pies y estos un poco separados. Apoyándose en el espaldar de una silla intente doblar las rodillas sin levantar los talones del piso, manténgase así hasta la cuenta de cinco y levántese lentamente.

10 De pie o sentado, coloque al frente el brazo que necesita ejercitar, la mano opuesta apoya el codo, doblar y estirar hasta quedar completamente recto. Mantener hasta la cuenta de cinco. la parte alta de la espalda.

11 De pie frente a una pared y ligeramente separado de ella, apoye las manos contra la pared, la pierna derecha hacia delante con la rodilla ligeramente doblada y los pies apoyados completamente en el piso. Sin arquear la espalda desplazar el peso del cuerpo hacia delante hasta que sienta estiramiento en la parte de atrás de la rodilla izquierda.

Cuente hasta diez y descanse, repita con la otra pierna. También puede hacerse colocando los brazos estirados por encima de la cabeza y las manos apoyadas en la pared. Logrando así estirar los músculos de la parte alta de la espalda.

Ejercicios para el hombro y las muñecas

12 Sentado o de pie con el brazo derecho estirado al frente y la palma hacia arriba, con la ayuda de la mano izquierda, llevar la muñeca y los dedos de la mano derecha hacia abajo. Contar hasta cinco y descansar. Hacer lo mismo con el brazo contrario.

13 De pie o sentado tomar una toalla enrollada o un palo con ambas manos levantarla por encima y hacia atrás de la cabeza, contar hasta diez y descansar, luego doblar los codos pasando el palo por detrás de la cabeza.

14 De pie o sentado con los brazos estirados hacia abajo tomar una toalla enrollada o un palo con ambas manos por detrás de la espalda, llevar los brazos atrás intentando juntar los codos y sostener hasta la cuenta de diez y descansar.

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