El rol de la infraestructura de carga en la eficiencia logística: mitos y realidades en Colombia

infraestructura de carga en movilidad electrica
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Farizon infraestructura de carga

La transición hacia la movilidad eléctrica en el transporte empresarial no depende solo de los vehículos. Una flota de vans, camiones o pickups eléctricos necesita algo igual de importante: una infraestructura de carga planificada. En Colombia, aún persisten muchos mitos sobre la disponibilidad de cargadores y los costos asociados. Sin embargo, la realidad es que existen múltiples alternativas que, bien implementadas, pueden potenciar la eficiencia logística de cualquier empresa.

Panorama actual de la infraestructura de carga en Colombia

En los últimos años, Colombia ha avanzado de manera significativa en el despliegue de infraestructura para vehículos eléctricos. Según el Ministerio de Minas y Energía, en 2024 el país superó los 2.300 puntos de carga públicos y semipúblicos, ubicados principalmente en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla.

Además, la Resolución 40223 de 2021 obliga a que todos los municipios con más de 50.000 habitantes tengan al menos un cargador público de acceso rápido, lo que ha acelerado la expansión. A esto se suma la participación de empresas privadas como Enel X, EPM, Celsia y Terpel Voltex, que han invertido en electrolineras en corredores estratégicos como la vía Bogotá–Medellín y el eje cafetero.

En paralelo, muchas compañías logísticas y de distribución han optado por instalar cargadores privados en sus patios y centros de distribución, garantizando autonomía y control sobre la operación.

Beneficios de instalar cargadores propios en centros de distribución

Para una empresa con flota, depender solo de cargadores públicos puede ser un riesgo. La alternativa más eficiente es la instalación de cargadores propios, lo que trae varias ventajas:

  • Autonomía operativa: No depender de disponibilidad de terceros.
  • Carga nocturna programada: Los vehículos pueden cargarse en horarios de menor demanda eléctrica, con tarifas más bajas.
  • Ahorro en costos: La tarifa de carga doméstica o empresarial es más competitiva frente a las estaciones públicas.
  • Integración con energías renovables: Paneles solares en techos de bodegas pueden alimentar parcialmente los cargadores.
  • Gestión inteligente: Sistemas que permiten monitorear consumo, tiempos y costos de energía.

En palabras simples, contar con una infraestructura propia transforma la carga en un activo estratégico para la logística.

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Mitos y realidades sobre la infraestructura de carga en Colombia

Aunque la conversación pública suele centrarse en las limitaciones, lo cierto es que muchos de los “obstáculos” para electrificar flotas son mitos.

Mito 1: “No hay suficientes cargadores en Colombia”

Realidad: El país ya cuenta con más de 2.300 puntos y la red sigue creciendo. Además, la mayoría de operaciones empresariales pueden resolverse con cargadores privados en patios logísticos.

Mito 2: “Los cargadores son demasiado costosos”

Realidad: El costo inicial se compensa con el ahorro operativo. Además, hay opciones de leasing de infraestructura y líneas de crédito verdes con Bancóldex y otros bancos.

Mito 3: “La instalación es complicada”

Realidad: Empresas de energía como Enel X o EPM ofrecen proyectos llave en mano que incluyen estudio de red, instalación y soporte técnico.

Mito 4: “Los vehículos quedarán inactivos mucho tiempo durante la carga”

Realidad: Con carga nocturna lenta (AC) o puntos de carga rápida (DC) estratégicamente ubicados, se puede garantizar la disponibilidad diaria de los vehículos sin afectar las entregas.

Casos prácticos: cómo la infraestructura mejora la eficiencia logística

Flotas urbanas de última milla: Empresas de mensajería que recorren menos de 150 km al día pueden recargar toda su flota durante la noche con cargadores AC en patios propios.

Centros de distribución regionales: Una flota de camiones medianos puede planificar recargas intermedias en electrolineras públicas en rutas intermunicipales.

Operaciones mixtas: La combinación de carga privada en patios y convenios con estaciones públicas garantiza flexibilidad.

Estos casos muestran que la infraestructura de carga no es un obstáculo, sino una herramienta para maximizar la eficiencia y reducir costos operativos.

Tipos de cargadores para flotas eléctricas: AC vs DC

1. Carga lenta o semi-rápida en corriente alterna (AC)

Es el tipo de cargador más común y económico. Se conecta a la red eléctrica convencional (220V trifásica en empresas) y transforma esa energía para el vehículo.

Tiempo de carga:
Dependiendo de la potencia (entre 7 kW y 22 kW), puede tardar entre 4 y 10 horas en cargar completamente un vehículo de carga ligera o mediana.

Uso ideal:

  • Recarga nocturna en patios o centros de distribución.
  • Vehículos que cumplen trayectos urbanos o interurbanos menores a 200 km diarios, lo que permite que en la noche estén listos al 100%.

Costos aproximados en Colombia (2024):

  • Cargadores AC de 7 kW: entre USD 800 y 1.500.
  • Cargadores trifásicos de 22 kW: entre USD 2.000 y 4.000 (sin instalación).
  • Instalación: puede variar según la red eléctrica del centro logístico, pero ronda entre USD 500 y 2.000.

Ventajas:

  • Bajo costo de adquisición e instalación.
  • Permite aprovechar tarifas nocturnas más baratas de energía.
  • Ideal para flotas con programación estable.

Desventajas:

  • No es útil para operaciones que requieren recargas rápidas durante la jornada.
  • Requiere planificación: si el vehículo no se conecta en la noche, podría no estar listo al día siguiente.

2. Carga rápida en corriente continua (DC)

Estos cargadores suministran corriente continua directamente a la batería, evitando el cargador interno del vehículo y acelerando el proceso.

Tiempo de carga:
Según la potencia (50 kW, 100 kW o incluso 350 kW en modelos avanzados), permiten recargar entre el 20% y 80% en 30 a 60 minutos.

Uso ideal:

  • Empresas que necesitan que sus vehículos estén operativos varias veces en el día.
  • Flotas intermunicipales que deben recargar en ruta.
  • Centros de distribución con alta rotación y tiempos de parada cortos.

Costos aproximados en Colombia (2024):

  • Cargadores de 50 kW: entre USD 20.000 y 35.000.
  • Cargadores de 100 kW: entre USD 40.000 y 70.000.
  • Instalación: mucho más costosa, ya que requiere adecuaciones de red eléctrica, subestaciones y permisos, pudiendo superar los USD 10.000 – 30.000 adicionales.

Ventajas:

  • Reduce al mínimo el tiempo de inactividad.
  • Permite flexibilidad en operaciones de larga distancia.
  • Ideal para negocios que no pueden depender solo de la carga nocturna.

Desventajas:

  • Mucho más costosos de adquirir e instalar.
  • Mayor demanda eléctrica: incrementa la factura si no se gestiona con tarifas diferenciadas.
  • Puede generar un poco más de estrés en la batería a largo plazo (aunque los fabricantes ya optimizan esto).

¿Qué carga elegir para una flota empresarial en Colombia?

cargador farizon

Carga AC (lenta/semi-rápida):
Perfecta para empresas de distribución urbana y logística de última milla, donde los vehículos recorren distancias relativamente cortas y tienen tiempo suficiente en la noche para recargar.

Carga DC (rápida):
Más adecuada para operaciones intermunicipales, transporte regional, o compañías con vehículos de carga que necesitan estar en movimiento casi las 24 horas.

Estrategia híbrida: la más eficiente

En la práctica, muchas compañías optan por una estrategia híbrida:

  • Carga AC nocturna en los patios (más económica y sostenible).
  • Carga DC en puntos estratégicos para emergencias o recargas rápidas en ruta.

Esto asegura costos bajos y flexibilidad operativa al mismo tiempo.

El papel de Farizon en la solución de infraestructura

Farizon infraestructura de carga

Aunque el foco suele estar en los vehículos, marcas como Farizon, respaldada por Geely, entienden que la transición energética debe incluir también la infraestructura.

Farizon no solo ofrece vehículos eléctricos diseñados para el transporte empresarial, sino que acompaña a sus clientes con:

  • Asesoría técnica para dimensionar cargadores según la operación.
  • Alianzas estratégicas con operadores de energía en Colombia.
  • Soporte local para garantizar que la infraestructura esté disponible y funcionando en todo momento.
  • Ofrece cobertura posventa a nivel nacional a través del grupo Vardí y sus aliados.

De esta manera, la compra de un vehículo no es un salto al vacío, sino parte de un ecosistema integral de movilidad eléctrica.

Conclusión

La electrificación del transporte empresarial en Colombia depende tanto del vehículo como de la infraestructura de carga que lo respalde. Hoy existen más opciones que nunca: redes públicas en crecimiento, proyectos privados en centros de distribución y convenios con proveedores de energía.

Los mitos sobre la falta de cargadores o los altos costos ya no se sostienen frente a la realidad: con planificación, la carga puede convertirse en un aliado estratégico de la logística empresarial.

Farizon, como marca especializada en vehículos comerciales eléctricos, entiende esta visión y acompaña a las empresas colombianas en el camino hacia una logística más eficiente, limpia y competitiva.

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