Introducción
La transformación del transporte empresarial ya no se mide por cambios mecánicos: la verdadera evolución está en cómo el software y los datos reconfiguran el valor de una flota. Ya no basta con un motor eficiente; hoy se trata de movilidad inteligente, capaz de traducir cada kilómetro en decisiones estratégicas. Desplazar mercancías es solo el punto de partida. Lo verdaderamente disruptivo es estructurar operaciones digitales donde el vehículo deja de ser un simple vehículo y se convierte en un activo conectado y analítico.
Este artículo explora cómo la electrificación se convierte en el catalizador de una evolución hacia plataformas inteligentes, y cómo los sistemas telemáticos redefinen la eficiencia, la seguridad y la sostenibilidad del transporte corporativo.
1. La electrificación: solo el primer paso
Electrificar tu flota —sea de vans, camiones ligeros o pick-ups— es más que cambiar el combustible: es comenzar a recolectar datos valiosos. Un motor eléctrico deja de emitir gases, sí, pero también se vuelve una fuente constante de información sobre consumo energético, patrones de carga y eficiencia en operación urbana.
Esta digitalización mecánica habilita:
- KPIs energéticos, como consumo por kilómetro real y costos por ciclo.
- Mantenimiento preventivo más preciso, porque los sistemas eléctricos entregan datos constantes sobre la salud del tren motriz.
- Posibilidad de integración inmediata con plataformas de gestión de flotas y telemática.
En esencia, sin electrificación no hay datos; y sin datos no hay inteligencia operacional.
2. Del rendimiento mecánico a la inteligencia operacional
El transporte tradicional medía su rendimiento en kilómetros por galón, baños de aceite y horas de taller. Hoy, los nuevos indicadores incluyen:
- Eficiencia energética, medida en kWh por kilómetro y análisis de cuánto se consume según la carga, ruta y clima.
- Disponibilidad operativa, calculada por la proporción de tiempo en que el vehículo está activo, no en mantenimiento.
- Impacto logístico, evaluado por cuántas entregas efectivas logra la flota por ciclo y por tonelada transportada.
Estos KPIs requieren una infraestructura digital: recolección automática de datos, análisis contextual y presentación en paneles comprensibles para quienes lideran operaciones. Sólo así el rendimiento deja de ser un número y se convierte en una herramienta de mejora continua.
3. La telemática como columna vertebral
Los sistemas telemáticos —o Fleet Telematics Systems (FTS)— combinan hardware (sensores GPS, módulos OBD, dispositivos de diagnóstico) con software para procesar datos en la nube. Su utilidad se manifiesta en múltiples áreas:
a) Optimización de rutas y eficiencia energética
El 25‑15 % de reducción en combustible reportado por plataformas de telemática como MiX Powerfleet demuestra su impacto real: reordenar rutas, evitar tráfico y corregir fajas de ineficiencia (gomotive.com – mixtelematics.com).
b) Mantenimiento predictivo
Tecnologías de mantenimiento basado en condiciones permiten detectar anomalías antes de que se conviertan en fallas. Se estima un ahorro del 25 % en costos de mantenimiento y un 20 % más de disponibilidad .
c) Seguridad del conductor y la carga
El monitoreo de frenadas bruscas, aceleraciones y velocidad evita accidentes y reduce siniestros. Las herramientas de telemática pueden integrar scorecards y alertas en tiempo real para corregir comportamientos .
d) Reportes, cumplimiento y trazabilidad
Se automatizan registros de kilometraje, horas de operación, mantenimientos y rutas realizadas. Esto facilita auditorías y uso en licitaciones o requisitos de transporte responsable .
e) Visibilidad operativa
La central puede ver ubicación, estado y uso de cada vehículo en tiempo real. Esto reduce tiempos muertos, acelera decisiones en logística y mejora la experiencia del cliente.
4. ¿Por qué ahora es el momento?
El cambio estructural hacia un transporte empresarial inteligente no es una apuesta futurista: es una exigencia del presente. Y hay cinco razones clave por las cuales este momento representa el punto óptimo para avanzar:
a) Entorno regulatorio favorable
Colombia está avanzando en regulaciones que favorecen tanto la electrificación como la digitalización del transporte. La Ley 1964 de 2019 exige que al menos el 30% de las flotas de transporte público sean eléctricas a partir de 2035, pero ya en 2024, ciudades como Bogotá, Medellín y Cali han comenzado a exigir vehículos de cero o bajas emisiones para operaciones en determinadas zonas logísticas. Adicionalmente, los vehículos eléctricos gozan de exenciones en IVA, pico y placa, y aranceles, lo cual alivia el costo inicial de adopción.
b) Madurez tecnológica del ecosistema
Hace una década, hablar de telemática en Colombia era inviable por falta de conectividad y costos de implementación. Hoy, la cobertura 4G y las primeras redes 5G en ciudades principales hacen posible que una flota conectada transmita información crítica en tiempo real. Empresas como Enel X, Celsia, EPM y startups tecnológicas locales ya ofrecen soluciones de integración telemática, cargadores inteligentes y sistemas de monitoreo en la nube listos para implementar.
c) Cambio en las métricas de negocio
La competitividad ya no se mide solo en volumen de entregas o reducción de tiempos. Las empresas más innovadoras están migrando hacia métricas ESG (Environmental, Social and Governance), que exigen trazabilidad ambiental y uso de tecnologías limpias. Incorporar vehículos eléctricos conectados aporta a esas métricas, y permite destacar frente a competidores en procesos de contratación pública o alianzas con grandes marcas.
d) Reducción de costos operativos
El precio del diésel en Colombia ha aumentado de manera progresiva debido al desmonte del subsidio gubernamental. En contraste, la energía eléctrica tiene tarifas más estables y predecibles. Con una planeación adecuada, se puede lograr una reducción de hasta 60% en costos de combustible, y entre 30% y 50% en mantenimiento. Estos ahorros no son teóricos: empresas de logística de última milla, alimentos y farmacéuticas ya reportan retornos positivos en menos de tres años.
e) Aumento de oferta de vehículos inteligentes
Antes, la variedad de modelos eléctricos empresariales era escasa. Hoy, existen múltiples opciones en el mercado, incluyendo vehículos con conectividad nativa, integración telemática de fábrica y actualizaciones OTA (Over the Air), lo que reduce la necesidad de adaptaciones posteriores.
En resumen, esperar más tiempo no reduce riesgos: los incrementa. Invertir hoy permite comenzar con escalabilidad controlada, ajustar procesos y generar ventajas competitivas que serán difíciles de alcanzar una vez el estándar esté masificado.
5. Farizon: cómo integra software y eléctrico

A diferencia de muchos fabricantes que simplemente migran motores de combustión por eléctricos, Farizon (subsidiaria de Geely Group) desarrolla plataformas integradas, donde el hardware del vehículo y el software que lo opera están diseñados en conjunto. Esto marca una diferencia sustancial frente a competidores que tercerizan su conectividad o solo ofrecen monitoreo GPS básico.
a) Arquitectura GXA (Global X-Architecture)
Farizon basa sus vehículos en una arquitectura modular diseñada específicamente para electrificación y conectividad. Esta arquitectura permite:
- Integrar múltiples tipos de baterías y configuraciones de autonomía según el uso empresarial (desde 200 km hasta más de 400 km).
- Actualizaciones OTA del sistema operativo vehicular, sin necesidad de intervención física.
- Diagnóstico remoto de fallos con alertas automatizadas al operador o centro de control.
b) Plataforma de gestión inteligente
Farizon ofrece un ecosistema de software que va más allá del rastreo. Incluye:
- Análisis de rutas basado en consumo energético real y condiciones topográficas.
- Monitoreo de degradación de batería y predicción de ciclos de carga útiles.
- Reportes de sostenibilidad (emisiones evitadas, eficiencia por tonelada transportada).
- Evaluación del comportamiento de conducción para mejorar seguridad y extender la vida útil del vehículo.
Esta integración vertical, permite a las empresas no solo operar, sino gestionar su flota eléctrica como una infraestructura digital estratégica.
c) Enfoque en vehículos de carga
A diferencia de marcas centradas en autos de pasajeros, Farizon está completamente enfocado en transporte de carga y trabajo, lo cual se traduce en vehículos con configuraciones específicas para logística urbana, entregas refrigeradas, mantenimiento industrial, entre otros.
En Colombia, Farizon ya ha iniciado operaciones piloto con modelos como la SuperVan E5 y versiones ligeras de camiones eléctricos, en colaboración con empresas del sector energético y de distribución. La empresa está evaluando la apertura de un centro de soporte y mantenimiento en Bogotá para acompañar su expansión en la región.
En conclusión, Farizon no solo ofrece un vehículo eléctrico, sino una solución tecnológica integral pensada para el futuro del transporte empresarial.
6. Cómo implementar este cambio
Pasar de vehículos de combustión a flotas inteligentes conectadas requiere un enfoque sistémico. A continuación, los pasos clave para hacerlo de forma ordenada y efectiva:
FASE | ACCIÓN PRINCIPAL |
---|---|
Diagnóstico digital | Identificar qué datos necesita la operación: consumo, ruta, mantenimiento, seguridad |
Implementación fts | Selección de software según escalabilidad, integración y soporte técnico |
Piloto con ve conectados | Instalar unidades equipadas y medir KPIs durante 2–3 meses |
Análisis y ajustes | Refinar rutas, horarios, niveles de carga y alertas de mantenimiento |
Escalamiento de flota | Incorporar más vehículos ya optimizados y con soporte completo |
a) Diagnóstico operativo y digital
Antes de comprar vehículos, hay que saber qué necesita digitalizarse. Esto incluye:
- Identificar rutas, frecuencias, cargas y patrones actuales.
- Determinar qué información se necesita para mejorar la operación (ej: consumo, mantenimiento, seguridad).
- Evaluar la infraestructura digital actual: ¿tienes WiFi industrial, nube, plataforma IoT?
b) Selección de tecnología
Elegir no solo el vehículo, sino también:
- El proveedor de software y telemática.
- El sistema de carga (lento, rápido, híbrido) y la gestión energética asociada.
- El modelo de financiación (leasing operativo, renting tecnológico, fondos verdes).
c) Capacitación y cultura interna
Digitalizar el transporte requiere un cambio en la cultura organizacional. Es clave capacitar a:
- Conductores, en eco-conducción, gestión de autonomía, interacción con el sistema de alertas.
- Logística, en monitoreo de datos, planificación de rutas y análisis de eficiencia.
- Mantenimiento, en diagnóstico eléctrico, gestión de software y seguridad de alto voltaje.
d) Integración con los sistemas corporativos
La gestión de la flota inteligente debe integrarse a los sistemas ERP, CRM o SCM de la empresa. Esto permite:
- Automatizar órdenes de mantenimiento.
- Cruzar datos de transporte con indicadores de servicio al cliente.
- Informar decisiones estratégicas desde el área financiera y directiva.
e) Medición de resultados
Establecer KPIs claros desde el inicio, como:
- Reducción de costos por km.
- Tiempo de inactividad de la flota.
- Nivel de adopción del sistema telemático.
- Indicadores de sostenibilidad.
Estos indicadores permiten justificar inversiones futuras, escalar el modelo y demostrar el retorno de la innovación.
7. ¿Qué empresas ya lo están haciendo?
La transición hacia un transporte empresarial más digital, eficiente y sostenible ya está en marcha, y diversos sectores en Colombia han comenzado a adoptar soluciones de movilidad inteligente. Aunque muchas implementaciones aún se encuentran en fase piloto o inicial, los resultados muestran tendencias claras:
a) Logística de última milla
Empresas de entregas como Rappi, Mensajeros Urbanos y TCC han comenzado a incorporar vehículos eléctricos en sus operaciones urbanas. Más allá de la electrificación, están utilizando plataformas de gestión de flota que integran telemetría en tiempo real, con datos sobre velocidad, rutas, entregas por hora y eficiencia por zona.
b) Distribución alimentaria
Cadenas de supermercados y empresas de alimentos —como Grupo Éxito y Alquería— están migrando parte de sus flotas de reparto a vans eléctricas, enfocándose en la reducción de la huella de carbono y optimización logística. El uso de telemática permite ajustar tiempos de entrega según demanda y gestionar el enfriamiento en unidades refrigeradas.
c) Energía y servicios públicos
Empresas como EPM, Celsia y Enel Colombia ya están operando vehículos eléctricos con gestión digital para sus cuadrillas técnicas. Además de registrar rutas y consumo energético, estas flotas están conectadas con los sistemas corporativos para activar alertas de mantenimiento, optimizar el uso diario y mejorar el control de activos.
d) Sector farmacéutico y salud
Empresas como Cruz Verde y operadores logísticos especializados en medicamentos han comenzado a incorporar modelos eléctricos para transporte de alta rotación. El monitoreo de temperatura, trazabilidad por GPS y el reporte en línea de entregas son esenciales para cumplir con normas sanitarias.
Estas experiencias muestran que el cambio ya está ocurriendo. Aunque aún representa un porcentaje menor del parque automotor empresarial, cada vez son más las compañías que entienden que digitalizar el transporte no es un lujo ni una tendencia, sino una necesidad competitiva y estratégica.
Conclusión: el futuro no se conduce, se programa
En el nuevo paradigma del transporte empresarial, el software manda y el hardware obedece. Lo que antes era una máquina que llevaba carga, hoy es un nodo inteligente en una red operativa compleja. Este cambio no es solo técnico, sino conceptual: dejamos de pensar en vehículos para empezar a pensar en plataformas móviles de información y eficiencia.
La electrificación ha sido el detonante. Pero el verdadero valor está en lo que sigue: recolectar, analizar y actuar sobre los datos generados por cada vehículo. Desde mantenimiento predictivo hasta planificación de rutas, desde eficiencia energética hasta cumplimiento ESG, cada flota conectada permite tomar decisiones mejor informadas, más rápidas y más sostenibles.
Marcas como Farizon están demostrando que este modelo es posible hoy. No se trata de esperar a que el futuro llegue: se trata de construirlo desde ya, con vehículos diseñados para ser parte de un ecosistema digital, no solo una herramienta mecánica.
Las empresas que den el paso ahora tendrán una ventaja doble: optimizarán sus costos y procesos, y estarán listas para operar en un entorno donde la eficiencia, la sostenibilidad y la trazabilidad serán requisitos indispensables para competir.
Porque en el transporte del mañana, la inteligencia no está bajo el capó… está en la nube.