Guía de Práctica Clínica del Recién Nacido, Introducción

El nacimiento es un evento vital universal en el que el feto tran­sita desde la vida intrauterina a una existencia independiente y se debe enfrentar a una serie de acontecimientos fisiológicos que ponen a prueba su capacidad de adaptación saludable.

La atención en salud del proceso del nacimiento busca vigilar y asistir la transición de la vida intrauterina a la vida extrauterina, anticipando la aparición de problemas, implementando accio­nes correctivas y detectando oportunamente desviaciones de lo normal, dificultades de adaptación y enfermedades incidentales. (Lea también: Políticas de egreso hospitalario)

Además se busca promover y asegurar una alimentación ade­cuada y óptima y un proceso sano de vinculación y apego con su madre.

En el período neonatal se continúan los procesos de guía anticipatoria, promoción de la salud y prevención primaria y se­cundaria que idealmente habían empezado desde los cuidados prenatales.

Un 90% de los recién nacidos (RN) hace la transición de la vida intrauterina a la extrauterina sin ninguna dificultad, requiriendo poca o ninguna asistencia para iniciar una respiración espontánea y regular.

Aproximadamente el 10% de los recién nacidos requiere de algún tipo de asistencia y cerca del 1% necesita una reanima­ción avanzada para sobrevivir. Estos porcentajes son mayores en los recién nacidos pre término.

Hay apreciable cantidad de variabilidad en muchos de los aspectos de estructura y proceso de la atención del recién nacido sano, que requieren de una estandarización mediante recomendaciones basadas en evidencia y parámetros de práctica clínica.

Una adecuada atención del período de transición de la vida intrauterina a la extra­uterina no se limita a la atención en sala de partos y al egreso hospitalario, debe cubrir también tópicos importantes de vigilancia, anticipación, manejo del estrés, aseguramiento de la lactancia y apoyo médico y emocional a la familia donde ha ocurrido el nacimiento.

Esta atención se da en el contexto de un sistema de presta­ción de servicios de salud que impone restricciones a la acción de los profesionales, limita el tiempo de interacción con las familias durante la estancia hospitalaria posparto y con políticas de egreso posparto cada vez más temprano que dificultan una adecuada asistencia el período de transición mediato y tardío.

Hay variabilidad significativa en muchos de los aspectos de estructura y proceso de la atención del recién nacido sano, que requieren de una estandarización mediante normas y recomendaciones basadas en evidencia.

De los aspectos estructurales es necesario estandarizar niveles de atención y procesos de remisión de madre gestan­te o de recién nacido, estandarización del nivel profesional, el entrenamiento y el desempeño del personal de salud que atiende el parto y al recién nacido, existencia y uso de protocolos de vigilancia y conducción de la transición y de reanimación, dotación mínima de la sala de partos, políticas de no separación de madre e hijo, vigilancia y asistencia de la transición mediata y políticas de egreso hospitalario.

Los procesos asistenciales específicos también necesitan ser estandarizados me­diante la formulación de recomendaciones específicas basadas en evidencia: aten­ción del niño en sala de partos, historia clínica y examen físico neonatal inmediato, promoción de salud y prevención primaria (profilaxis e inmunizaciones), vigilancia de la transición (hipoglicemia, hipotermia, ictericia, hidratación, tolerancia a la ali­mentación, movimiento intestinal, diuresis, etc.), facilitación de proceso de vínculo y apego (“attachment” y “bonding”), y puericultura.

Tópico 1. Detección de pacientes con factores de riesgo, anticipación y preparación materna

¿Cuáles antecedentes deben explorarse en la historia antenatal para anticipar e identificar condiciones de riesgo para el recién nacido? 

Respuesta basada en la evidencia

Algunas guías de práctica clínica proponen un lis­tado de antecedentes que debe incluir la historia antenatal. El GDG propone una lista de chequeo utilizando como insumo dichas guías de práctica clínica.

Recomendación

1. Se recomienda realizar una historia clínica di­rigida a la identificación de factores de riesgo en el recién nacido. 
Punto de buena práctica

1.A. La historia clínica se debe realizar antes del nacimiento del recién nacido con el fin identificar factores y antecedentes que permitan preparar el equipo e insumos necesarios para la atención adecuada en sala de partos.

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