Administración de Adsorbente

Manejo de sustancias Adsorbentes

Cualquier sustancia que sea capaz de captar tóxicos en el tracto gastrointestinal es considerada como adsorbente. Varias han sido propuestos en el manejo del paciente intoxicado, que actúan por medio de uniones no covalentes con la sustancia:

Carbón activado:

El carbón activado está constituido por un polvo finísimo muy poroso, formado por una verdadera red de caras o superficies internas cuya área de absorción equivale a casi 1.000 m2 por gramo de carbón; ni el carbón común, ni el pan quemado, ni las tabletas de carbón, tienen utilidad adsortiva. (Lea también: Intoxicación por Paraquat)

Aparte del vaciado gástrico (emesis) la administración de carbón activado constituye una alternativa para cesar o disminuir la adsorción del tóxico. Actúa no como neutralizante, sino como adsorbente de la mayoría de sustancias tóxicas, pudiéndose considerar como un adsorbente eficaz, inocuo y económico.

Dosis de carbón: 1gr/kg disuelto en solución salina o agua. Para calcular el volumen de la solución a emplear como solvente, se debe multiplicar por 4 los gramos totales de carbón así: volumen = peso del paciente x 4 (el resultado equivale a los mililitros en los cuales se mezcla el carbón activado).

De esta forma se obtiene una solución al 25% la cual se podrá pasar por sonda orogástrica o nasogástrica.

El intervalo entre la ingestión del tóxico y el tiempo de consulta es el factor más determinante de la eficacia ya que la posibilidad de absorción va decreciendo a partir de la primera hora posterior a la ingesta tóxica.

Si se puede administrar inmediatamente (dentro de los primeros treinta minutos) después de la exposición en ese contexto, se disminuirá eficazmente la cantidad de sustancia absorbida.

En 1997 especialistas en toxicología clínica revisaron 115 estudios controlados aleatorios sobre el carbón activado llevados a cabo en voluntarios, encontrándose que su administración en la primera media hora de la intoxicación disminuye la biosiponibilidad del tóxico en un 69.1% y si se suministra en la primera hora de la intoxicación se disminuye a 34.4% (Chyka, 1997).

Después de una hora de transcurrida la intoxicación no hay datos suficientes que permitan recomendar o desaconsejar su uso, aunque es probablemente útil en el caso de ingestión de sustancias en presentación .retard. o con circulación enterohepática como los anticonvulsivantes, digitálicos, antidepresivos, AINEs, teofilina, antiarrítmicos, dapsona, salicilatos, metotrexate, ciclosporina y propoxifeno.

En estos casos es recomendable utilizar el carbón activado en dosis repetidas, cada 4 a 6 horas, durante 24 horas, teniendo la precaución de garantizar una buena catarsis para no propiciar un cuadro de obstrucción intestinal.

El uso del carbón está contraindicado cuando la via aérea no está protegida en pacientes inconcientes, cuando el tracto gastrointestinal no se encuentra anatómicamente indemne, en pacientes con íleo u obstrucción intestinal, intoxicados por hidrocarburos (por el riesgo de neumonitis química) y en pacientes intoxicados por corrosivos, ya que dificulta la correcta evaluación del compromiso durante la endoscopia.

Si la sustancia tóxica retarda la motilidad gastrointestinal, el carbón activado puede provocar complicaciones, como regurgitación y aspiración.

Hay muy pocos tóxicos que no son absorbidos por el carbón activado como son: el metanol, etanol, el ácido bórico, cianuro, hierro, etilenglicol, litio, metrotexate y derivados del petróleo.

Simultáneamente al carbón, hay que administrar un catártico (manitol 20%) para evitar la constipación que provoca el carbón. Además de la constipación, el vómito constituye otro efecto indeseable del carbón que ocasionalmente puede limitar su eficacia.

Dentro de los efectos adversos del carbón activado se encuentra la constipación (siempre se debe coadministrar catártico), distensión gástrica y el bezoar intestinal con obstrucción.

Catárticos

Se deben administrar sólo en caso en que el transporte tarde más de 40 minutos (se administran treinta minutos después del carbón activado), buscando eliminar el complejo carbón-toxico, acelerando el tránsito intestinal para que de esta manera sea evacuado rápidamente con las deposiciones.

Se deben usar catárticos salinos u osmóticos y nunca emplear catárticos oleosos, pues éstos aumentan la absorción de muchas sustancias.

En el medio se utiliza el Manitol al 20% 1 gr/Kg de peso (5 cc/Kg) por sonda orogástrica o nasogástrica. No se debe suministrar una dosis adicional de carbón si no se ha presentado previamente la catarsis. Si en las siguientes 6 horas no se ha presentado la exoneración, se debe repetir el catártico.

Las contraindicaciones para su uso son pocas: pacientes con íleo paralítico o alteraciones hidroelectrolíticas graves y se debe tener precaución en pacientes con inestabilidad cardiovascular, falla renal e hipotensión.

Ingesta de cáusticos

Cuando se presenta una ingesta de cáusticos (sustancia ácida o básica capaz de producir
un efecto corrosivo más o menos intenso sobre el tubo digestivo), no se debe tratar de adoptar medidas para disminuir una absorción (que no se produce) sino que se debe paliar el efecto corrosivo.

Por tanto, hay que valorar (etapa prioritaria de soporte-reanimación) los tres síntomas críticos que pueden aparecer tras una ingesta de elevada causticidad: estado de la vía aérea con presencia de disfonía o estridor (edema y necrosis glótica), perforación esofágica o gástrica (mediastinitis o abdomen agudo) y estado hemodinámico (hipotensión o shock). Esto condiciona un traslado medicalizado urgente al hospital.

La gran mayoría de ingestas cáusticas no necesitan medidas de soporte reanimación o cirugía inmediata. Ante tales casos, la asistencia urgente prehospitalaria se basará en los siguientes puntos:

. Determinar la sustancia ingerida.
. No neutralizar un ácido con un álcali o viceversa, porque produce una reacción exotermia que lesiona más los tejidos.
. No intentar maniobras de vaciado gástrico.
. Si hay vómito, tratarlo sintomáticamente.
. Diluir el cáustico administrando agua o leche, 150 cc lo más precozmente posible. Es probable que esta medida sea poco efectiva ya que la lesión corrosiva se establece en menos de un minuto tras la ingesta cáustica. Por otra parte, es conveniente no administrar mucha agua ni ingerirla muy rápidamente para no estimular el vómito.
. Siempre hacer el traslado hospitalario, aunque no existan lesiones bucales o faríngeas ni otra clase de síntomas.

Aplicar Antídotos en Intoxicaciones

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