Fitoestrógeno en los Alimentos Corrientes

Maribel Arango Hernández
Centro de Atención Nutricional. Medellín.

Hoy, los factores dietéticos se consideran un medio importante para disminuir el riesgo de enfermedades comúnmente encontradas en la población occidental como cáncer de mama, próstata y endometrio (dependientes de hormonas), cáncer de colon, enfermedad coronaria y osteoporosis. Además de las vitaminas y minerales, algunos compuestos biológicamente activos, llamados fitoquímicos. Han sido identificados en plantas comestibles que parecen ser los responsables de la reducción de estos riesgos.

Uno de los fitoquímicos más estudiados recientemente son los fitoestrógenos y más ahora cuando se realizan discusiones en torno a la menopausia y las nuevas alternativas para la terapia de reemplazo hormonal.

Los fitoestrógenos son un grupo de compuestos encontrados en las plantas con similitud estructural con los estrógenos esteroidales y que tienen habilidad para actuar como un estrógeno débil o proveer precursores de sustancias que afectan la actividad estrogénica. Los fitoestrógenos más comunes estudiados son los isoflavonoides, los lignanos y los cumestranos encontrados en grandes cantidades en la soya, la linaza y la alfalfa respectivamente. Pero también en menor cantidad en otras plantas comestibles como granos, otras leguminosas, frutas y verduras.

El metabolismo de estos compuestos es complejo y variable:

Normalmente se encuentran como glicósidos en las plantas, los cuales son hidrolizados a aglicones y luego metabolizados por la microflora intestinal para luego ser conjugados con glucoronato o sulfato. Sin embargo, se requieren técnicas analíticas muy selectivas y sensitivas para estudiar la biodisponibilidad, el metabolismo y la farmacocinética de estos compuestos. La cromatografía a gas o líquida con detección espectométrica muy costosa y necesita expertos con un alto nivel.

Históricamente, muchas de las plantas mencionadas anteriormente han sido usadas para la regulación hormonal y el control de la fertilidad en animales. Muchas investigaciones tempranas sobre los fitoestrógenos que ellas contienen fueron realizadas en animales. Pero durante la última década ha surgido un gran interés sobre sus efectos en los humanos, pues según la evidencia epidemiológica y algunos trabajos in vitro realizados sugieren que los fitoestrógenos pueden ser protectores contra el desarrollo de algunas enfermedades comunes durante la menopausia como cáncer de mama, endometrio, cáncer de colon y osteoporosis.

Llama la atención los bajos índices de cáncer de mama y próstata en poblaciones asiáticas cuyas dietas tienen un alto consumo de fitoestrógenos y la facilidad con la cual las mujeres asiáticas pasan a través de la menopausia.

Efectos de los fitoestrógenos en mujeres postmenopaúsicas

Uno de los estudios más recientes sobre los efectos de los fitoestrógenos en mujeres postmenopaúsicas fue presentado en el “Segundo Simposio Internacional sobre el papel de la soya en la prevención y tratamiento de enfermedades crónicas” realizado en Bélgica en septiembre de 1996. El estudio se realizó en Australia con 52 mujeres postmenopaúsicas a las cuales se dieron dietas con un alto consumo de soya (Alta en fitoestrógenos) vs un grupo de control con dietas con alto consumo de trigo (bajo en fitoestrógenos).

Los sujetos con alto consumo de fitoestrógenos tuvieron una excreción urinaria más alta comparada con el grupo de bajo consumo. Una significativa mejoría en la citología vaginal se observó en el grupo que consumió soya, también se observó una significante reducción en las “oleadas de calor” y un incremento en el contenido mineral óseo. Estos resultados soportan la hipótesis de que los fitoestrógenos de la soya mejoran algunos síntomas de la menopausia. Para nuestro conocimiento este es el primer estudio en humanos que demuestra un mejoramiento en el contenido mineral óseo con un incremento en la ingesta de soya.

A pesar de todos los estudios que se vienen realizando sobre el tema de los fitoestrógenos en los alimentos. Se necesita más investigación y más pruebas clínicas para poder concluir sobre sus efectos reales en los humanos.

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