El Cuidado Cultural: Una Alternativa Frente al Cuidado de la Salud de la Población en Condición de DFV

La necesidad de la competencia en el cuidado transcultural, hoy se hace más visible ante el fenómeno del DFV, el cual ha puesto en aprietos a los profesionales de la salud, principalmente a los y las enfermeras, que encuentran a un grupo de personas, familias y comunidades como sujetos de su cuidado de diversas procedencias y acervos culturales; y para lo cual, los profesionales de enfermería cuentan con pocas herramientas conceptuales relacionadas con el cuidado con una especificidad cultural para brindar un cuidado de la salud apropiado para estos.

La existencia de sociedades multiculturales es una realidad creciente en muchas partes del mundo, lo que viene suscitando un profundo y continuado debate sobre las diversas valoraciones que se hace del término multiculturalismo cuando se liga a modelos de sociedad. El multiculturalismo no debe abordarse como un problema, sino como un proceso inevitable que describe una realidad observable: la coexistencia dentro de un mismo territorio de culturas diferentes.(9) Una adopción política del término apunta a considerar el multiculturalismo como un ideal por alcanzar, lo que nos introduce en el debate de los modelos de sociedad multiculturales. Los modelos de integración de la inmigración (es el fenómeno social que ha traído el término a nuestro vocabulario), es decir, de la gestión de la distintividad se corresponden con la historia del concepto de ciudadanía.

Frente a lo planteado anteriormente, una alternativa para salvar esta problemática ante la que se encuentra el profesional de enfermería, es brindar el cuidado de la salud a esta población desde la perspectiva de la Teoría del cuidado cultural. Leininger,(26) formalizó la “Teoría de la diversidad y la universalidad de los cuidados culturales enfermeros” frente a los cambios que en el ámbito mundial sucedieron durante la década de los cincuenta. Estos cambios sociales, económicos y políticos de esta época conllevaron a la inmigración masiva, tanto por causas económicas, políticas y religiosas, de poblaciones provenientes de países subdesarrollados y pobres a un país desarrollado como los Estados Unidos. Con esta teoría holística y amplia, Leininger( 26) se propuso descubrir los puntos de vista culturales, o bien los puntos de vista internos de las personas acerca de los cuidados, dependiendo de lo que sepan, crean y como practiquen los cuidados, para posterior mente, usar este conocimiento con la adecuada profesionalidad y guiar así las prácticas de cuidado de enfermería. Por tanto, el objetivo de esta teoría no es otro que el de proporcionar cuidados, de forma responsable, coherente con la cultura y que encajen con las necesidades, valores, creencias y realidades culturales del modo de vida de los pacientes.(26)

Para esta enfermera, la observación en su práctica de la diversidad cultural de los pacientes que cuidaba y la necesidad del conocimiento, comprensión, respeto por parte del profesional de enfermería hacia las formas como culturalmente se configura el cuidado de la salud de estas personas inmigrantes, fue el punto de partida para desarrollar su teoría. A partir de ahí, mediante la investigación, consolidó un conocimiento desde los saberes propios de la Enfermería y la Antropología, sobre la influencia de la cultura en las formas de percibir y vivir los procesos de la salud y la enfermedad y por tanto de las relaciones que se establecen con el personal de salud y en especial con el de enfermería. Es necesario reconocer que la cultura es un concepto tan universal y ambiguo que no se puede reducir a un solo significado. La cultura es un conjunto de actividades materiales y espirituales que distinguen una sociedad determinada de otra, por tanto todo elemento cultural es el resultado de una dinámica social específica y corresponde a necesidades colectivas. Además, la suma de los rasgos de comportamientos y de las creencias características aprendidas de los miembros de una sociedad particular.(27)

La cultura determina también la forma como las personas en cada sociedad definen lo que es salud, enfermedad, vida, muerte; además de la necesidad de buscar atención y decidir a quien solicitarla. Para la Antropología de salud, “Los conceptos de salud y enfermedad son una construcción social que responde a una forma particular de ver y vivir la vida. No hay formas universales de construir y experimentar los conceptos, aunque ellos sean definidos de manera muy específica por diversas ramas del saber. Todo pueblo construye sus conceptos tácita o explícitamente de acuerdo con su cultura y su propio saber”.(28)

La enfermería transcultural, según Leininger, es un “Área formal de estudio y trabajo centrado en el cuidado y basado en la cultura, creencias de salud o enfermedad, valores y prácticas de las personas, para ayudarlas a mantener o recuperar su salud, hacer frente a sus discapacidades o a su muerte”.(26) Para Sol Torres Chamorro, esta definición se podría ampliar al “Conjunto de actividades profesionales destina das al cuidado, promoción, mantenimiento o restablecimiento de la salud óptima tanto para la persona como para la sociedad, basándose en fundamentos teóricos y metodológicos”.(29) Según esta autora, la enfermería transcultural cobra sentido en tanto que cada cultura requiere un tipo de atenciones que varían según los distintos significados del cuidar, de los diversos tipos de prácticas y creencias que sobre la salud y la enfermedad se tengan.(29)

Según Martha Lucía Vásquez, (22) las dimensiones que inciden en la diversidad cultural de los grupos humanos y que deben tenerse en cuenta en el cuidado de Enfermería son:

• La etnicidad y la religión ya que estos son modeladores de los valores, creencias y prácticas relacionadas con la salud.

• La inmigración que a pesar de las diversas causas (económicas, políticas, religiosas y sociales), tienen en común tres rasgos importantes: la ruptura sociocultural, familiar y con el modo de vida. Las diferencias culturales, sociales y de idiomas.

• Las dificultades de acceso a las redes sociales y entre éstas, a los servicios de salud.

A lo anterior, agregaríamos la discriminación, marginalidad y desprecio de la sociedad con la población migrante. Aunque en la mayoría de países donde la inmigración es un fenómeno importante las legislaciones de estos no discriminan a estas personas y las consideran como sujetos de derechos, el proceso de aceptación en las diversas sociedades no se ha dado por completo. Más que aceptación, la generalidad es hacia el rechazo a los migrantes y a la vez a una invisivilización de esta y a sus necesidades. El dolor, el miedo, la soledad, la incertidumbre y el desarraigo que sufren estas personas son elementos que se entrecruzan en el drama del inmigrante; que en su mayoría o no escogieron migrar o lo hicieron como una alternativa no siempre deseable.

Para Leininger (26) algunos de los factores que influenciaron para enunciar la Teoría del Cuidado cultural y universal y la necesidad de que el cuidado de Enfermería tuviera en cuenta este postulado para su práctica fueron:

• El marcado aumento en las migraciones de personas dentro y entre países a nivel mundial y con ello, la aparición de una diversidad creciente que caracterizó las poblaciones nacionales y globales. Esta diversidad se refiere a las diferencias entre razas, etnicidad, origen nacional, religión, edad, género, orientación sexual, capacidad y discapacidad, clase o estatus socioeconómico, nivel educativo y cultural, entre otras.

• El aumento en las identidades multiculturales con personas que esperan que los profesionales de enfermería entiendan y respeten sus creencias culturales, valores y estilos de vida.

• La existencia a nivel mundial de múltiples conflictos culturales, choques y violencia que desencadenan un impacto sobre los cuidados en salud al tiempo que cada vez más culturas interactúan las unas con las otras.

A lo anterior, hoy en día se agregan como elementos que justifican la necesidad de la práctica de la enfermera desde la perspectiva del cuidado transcultural, el estallido y agudización de conflictos armados internacionales y nacionales; el aumento de las tensiones políticas internacionales y nacionales; el aumento de la pobreza en la mayoría de países históricamente subdesarrollados y del Tercer mundo, los procesos de globalización impulsados por los intereses de los grandes bloques económicos que se consolidan actualmente, entre otras.

La Enfermería transcultural ha tenido como principal supuesto que la salud o el bienestar se puede pronosticar por medio de la dimensión epistemológica y ontológica de los cuidados culturales.(27) La dimensión epistemológica, hace alusión a la forma de construcción veraz y confiable del conocimiento del cuidado de enfermería; y ontológica, a la naturaleza de la realidad que se estudia. Así, Leininger,(26) planteó que para brindar los cuidados culturales que están orientados hacia tres tipos: la preservación y/o mantenimiento, la adaptación y/o negociación; y a la reorientación y/o reestructuración de los cuidados culturales; la enfermera debe tener en cuenta las dos fases que se obtienen mediante la investigación científica: la obtención de conocimientos sustanciales y la aplicación de los conocimientos en situaciones prácticas. Por esto, elaboró en la década de los sesenta el “Modelo del Sol Naciente” para representar los componentes esenciales para estudiar los diversos elementos y componentes de su teoría. En este modelo, los seres humanos se describen como entes que no se pueden separar de su procedencia cultural y de la estructura social, de su concepción del mundo, de su trayectoria vital y del contexto de su entorno. Estos factores también influyen en los sistemas populares, profesionales y enfermeros. Ambos elementos vienen a significar el universo que las enfermeras deben valorar y tener en cuenta para brindar los cuidados humanos y de salud.

Para aplicar esta teoría en la práctica es necesario que este profesional se provea de unas competencias cultura les. Esta competencia significa que la enfermera sea capaz de conocer la perspectiva cultural, los valores, conocimientos y las necesidades de los pacientes, con el fin de realizar acciones congruentes y respetuosas de esa diversidad. En este sentido, la cultura como lente de mirada no sería un campo especializado de la enfermería, sino más bien y como lo propone Leininger (3) “se trata de lograr que los conocimientos y la práctica de enfermería tengan una base cultural y una conceptualización, una planificación y una aplicación basadas en la cultura” Josepha Campiña-Bacote, (Citada por Vásquez), desarrolló un modelo de Competencia cultural,(22) el cual es definido como “el proceso por el cual el proveedor de salud, continuamente, lucha para alcanzar la habilidad para trabajar efectivamente dentro del contexto cultural de un cliente, una familia o una comunidad. Los constructos que el modelo perfila para la competencia cultural son: conciencia cultural, la cual se refiere al proceso deliberado y cognitivo en el cual el proveedor de salud llega a ser apreciativo y sensitivo a los valores, creencias, estilos de vida, prácticas y estrategias de resolución de problema en la cultura de los clientes. El conocimiento cultural, el cual se centra en conocer el punto de vista o visión del mundo del cliente, es decir, su visión emic; la habilidad cultural que es entendida como la destreza para recolectar datos culturales relacionados con la historia de salud del cliente con los cuales se pueda hacer una evaluación cultural del mismo. Los encuentros culturales, se refieren al proceso por el cual se anima a los proveedores de cuidado a comprometerse directamente en interacciones culturales con clientes de diversas culturas; y finalmente, el deseo cultural, que es entendido como la motivación que los proveedores de cuidado de salud tienen con relación a querer comprometerse en el pro ceso de competencia cultural.

La competencia cultural brindará a la enfermera la capacidad de ofrecer a los clientes un cuidado enfermero culturalmente congruente y responsable mediante intervenciones que faciliten las prácticas de cuidados culturales específicos que beneficien y así conseguir mayores cambios en la salud del paciente. Ésta sería, finalmente, una opción para brindar cuidados coherentes a una población con una gran diversidad cultural, como la de nuestro país y específicamente, la desplazada por la violencia en Colombia.

OPS COLOMBIA

A Manera de Conclusión

El cuidado de enfermería desde la Teoría de la Enfermería Transcultural significaría el paso de la atención paternalista vertical enfermero–paciente a una relación dialógica comunicativa, reconocer al otro como poseedor de saberes diferentes y con quien compartimos algunos elementos comunes del mundo de la vida.(3)

El cuidado cultural es una alternativa interesante para la práctica y la investigación enfermera en la población en condición de DFV. Desde esta perspectiva es imperiosa la necesidad de adquirir las competencias culturales entendidas: como ser sensible a los asuntos relacionados con la cultura, la raza, el género, la orientación sexual, la situación social y económica. Esto significa no sólo comprender las necesidades de los otros, sino tener las habilidades de intervenir apropiadamente en el cuidado de las personas.(3)

La competencia cultural significa, además, la combinación de conocimientos propios de la disciplina con las características culturales de los pacientes y la sociedad de donde pro vienen así como las prácticas de cuidado dirigidos a la curación, prevención y promoción de la salud desde la visión émica de las comunidades con el fin de adaptarlas a las prácticas de cuidado que provee la enfermera.

La riqueza de la teoría del cuidado cultural podría brindar sustento teórico para la investigación y la práctica de la enfermera en Colombia, desde una perspectiva cultural que tenga en cuenta las condiciones de las comunidades en Colombia y en especial las que se encuentran en condición de desplazamiento forzado por la violencia. También constituye una gran oportunidad para constatar la universalidad de los cuidados y su diversidad de manifestaciones culturales. Es en este hecho que se fundamenta el modelo de Enfermería Transcultural formulado por Madeleine Leininger durante los años sesenta en EEUU: la práctica de los cuidados entre los seres humanos es un fenómeno universal, pero las expresiones, procesos y modelos de cuidados varían de una cultura a otra.(30)

Para finalizar, es válido afirmar la diversidad y la multiculturalidad de todos los colectivos humanos es decir, de los sujetos del cuidado de enfermería. En este sentido, reconocer la dimensión cultural de nuestro que hacer significa abrir una puerta y poner ante nuestros ojos una realidad que transforma la práctica y la disciplina. Significa pasar de la actitud derrotista e impotente a la sensibilidad que genera el reconocer al otro como un sujeto competente, diferente a mí, poseedor de saberes diferentes y con quien compartimos algunos elementos comunes desde el mundo de la vida, lo cual nos permite interactuar. Significa reconocer sus capacidades y nuestras propias capacidades como constructores de mundo, como hacedores de mundos posibles y de realidades con raíces sociales e históricas. Significa reconocer las incongruencias de unas prácticas hegemónicas en los servicios de salud y en las universidades que han contribuido a negar la diversidad cultural de pacientes, comunidades y estudiantes, buscando la homogenización, lesionando a las personas y agenciando unos valores que propician dolor, resentimiento y desintegración social.

Reconocer la dimensión cultural como constitutiva de los colectivos y de las personas, provee elementos para pasar de la atención con fines puramente instrumentales, al cuidado interacción, como una mano que protege, acompaña y propicia el desarrollo de la autonomía, reconociendo lo común en la diversidad y la diversidad de lo común.(3) El reto, entonces, es el de continuar en la implementación de los pos tu lados teóricos de la Teoría del cuidado de Enfermería cultural y aunar esfuerzos entre los profesionales de Enfermería que se han empeñado en que el actuar enfermero sea desde una mi rada amplia e incluyente como la que brinda esta teoría. Esto implica, además, la validación de la teoría para el contexto socio político colombiano; validación que sólo se logrará desde la investigación cinética.

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